La Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco), Petróleos Paraguayos (Petropar), la Industria Nacional del Cemento (INC) y Cañas Paraguayas S.A. (Capasa) registraron el año pasado una pérdida acumulada de G. 1,3 billones (más de US$ 167 millones al cambio actual). Se trata de resultados negativos que se vienen arrastrando desde varias administraciones y que, lejos de mejorar, continúan empeorando con sus administraciones actuales.
En el caso de la telefónica estatal, presidida por Óscar Stark, Copaco reportó una pérdida acumulada de G. 533.000 millones en el ejercicio 2024, según datos oficiales a los que accedió este diario.
De acuerdo con el documento, la empresa cuenta con un activo de G. 1,2 billones, mientras que su pasivo asciende a G. 900.467 millones. En cuanto al estado de resultados, durante el 2024 la telefónica estatal tuvo ingresos por G. 217.220 millones y egresos por G. 289.358 millones, lo que resultó en una pérdida operativa de G. 72.137 millones.
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Petropar arrastra deudas millonarias
En el caso de Petropar, dirigida por Eddie Jara, su balance muestra resultados acumulados negativos por G. 352.007 millones. Solo en 2024, la empresa registró una pérdida de G. 248.805 millones, una cifra considerablemente superior al déficit de G. 153.578 millones reportado en 2023. Esta situación se atribuye, en gran medida, a la posible venta de combustible con pérdidas.
El activo de la compañía asciende a G. 3,7 billones, mientras que su pasivo alcanza G. 2,9 billones. Asimismo, el informe destaca que Petropar acumula una deuda de casi G. 253.437 millones en pasivos corrientes —obligaciones a corto plazo—, además de más de G. 2,5 billones en pasivos no corrientes (deudas a largo plazo, principalmente con proveedoras del exterior).
Desde el sector privado, varios referentes sostienen que la empresa estatal debe dejar de operar con pérdidas para recuperar genuinamente su patrimonio, especialmente si evita aplicar rebajas durante periodos de alta volatilidad en los precios internacionales. Además, se cuestiona que la actual administración continúe realizando compras de combustible consideradas dudosas, como el fallido caso de Andrea Lafarja y la firma catarí Doha Holding, vinculada al hijo del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez Pérez, que hasta la fecha no entregó el gasoil que se comprometió.
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INC aumentó su déficit
Por su parte, la INC, presidida por Gerardo Guerrero Agustí, también registró una pérdida acumulada de G. 354.330 millones en el ejercicio 2024, según el balance de la compañía disponible en el portal de acceso a la información pública (expediente N.º 91990).
Durante 2024, la cementera estatal reportó una pérdida de G. 81.804 millones, cifra superior a los casi G. 77.200 millones registrados en 2023. A través del mismo portal también se solicitó el estado de resultados, a fin de conocer el detalle de ingresos y egresos. Sin embargo, llamativamente, dicho documento no fue proporcionado.
El informe también destaca que la INC acumula una deuda de casi G. 379.000 millones en pasivos corrientes, además de más de G. 1 billón en pasivos no corrientes.

El estado mantiene una fábrica de cañas
Otra de las empresas públicas con saldo negativo es Cañas Paraguayas S.A. (Capasa), presidida por José Ocampos. En pleno 2025, el Estado continúa sosteniendo esta compañía que produce cañas bajo las marcas Aristócrata y Parapití, a pesar de que sus ingresos no alcanzan para cubrir sus egresos.

Según documentos oficiales a los que accedió este medio, Capasa tuvo ingresos por G. 22.590 millones durante 2024. No obstante, sus egresos superaron los G. 28.137 millones, lo que resultó en una pérdida de G. 5.546 millones entre enero y diciembre del año pasado.
Esto representa una duplicación de la pérdida registrada en 2023, que fue de G. 2.379 millones, con ingresos similares a los de 2024 y egresos por G. 24.970 millones.
A pesar de esta situación financiera, el balance general —con detalles sobre activos y pasivos— no fue publicado en el portal oficial de la empresa estatal. Por lo tanto, no existen cifras oficiales sobre el déficit acumulado. Sin embargo, el presidente de Capasa confirmó recientemente que la pérdida global de la compañía supera los G. 68.000 millones en los últimos 30 años. Culpó a los administradores anteriores de esta situación, alegando que “Capasa estaba literalmente muerta”