Paraguay cuenta con un diferencial global: una disponibilidad energética de 2.1 gigavatios, algo que ningún otro país ofrece hoy con las mismas condiciones. Este excedente eléctrico, proveniente principalmente de la hidroeléctrica de Itaipú, está atrayendo la mirada de jugadores internacionales de peso. “Esto es lo que explica que Marco Rubio, que el norte esté mirando con mucho cariño lo que puede pasar en Paraguay”, subrayó el director de Penguin Group, Bruno Vaccotti.
La obra que habilita esta oportunidad es la nueva subestación Valenzuela, que permite distribuir energía de forma eficiente y casi inmediata a empresas de procesamiento intensivo, como las de inteligencia artificial y minería de Bitcoin, resaltó. “Lo que no funciona en esta industria es que yo te diga: ‘sabés qué, empresa X, en un año vas a poder usar la energía’. No, la gente necesita enchufarse ya”, enfatizó.
Sin embargo, el tiempo corre. “Todo se mueve tan rápido en este mercado que no asegurar un contrato –lo que se conoce como PPA– antes de diciembre de este año puede significar su éxito o su fracaso como empresa”, advirtió. De no cerrarse acuerdos antes de fin de año, muchas compañías podrían migrar su inversión a otros países más ágiles en habilitar infraestructura.
Paraguay, según Vaccotti, no solo tiene el derecho al 50% de la energía de Itaipú, sino incluso podría hacer valer una jugada más audaz: “Paraguay puede comprar la energía de Brasil y utilizar y va a ser negocio para Paraguay”, repitió, recordando palabras del senador estadounidense Marco Rubio.

Itaipú, con su infraestructura ya amortizada, se vuelve estratégicamente importante para Paraguay y cada vez menos esencial para Brasil, que viene diversificando su matriz con 45 gigavatios en energía solar y eólica, apuntó.
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Propuesta
Una herramienta que podría destrabar inversiones es el modelo de compensación energética. “Si yo vengo y quiero 100 megavatios, la ANDE me dice: ‘sí, te voy a dar los 100 megavatios, pero tenés tres años para construir una planta solar o una pequeña hidroeléctrica’”, explicó. A cambio, la inversión se convierte en crédito energético. “Si invirtió 100 millones de dólares en esa planta, la carta orgánica de la ANDE te permite que el 50% de tu inversión, durante dos años, se pueda ir descontando en tu factura”, detalló Vaccotti.
Estas condiciones, según el ejecutivo, permitirían que las empresas electrointensivas no solo no sean una amenaza, sino parte de la solución para robustecer el sistema interconectado nacional.
A pesar de esta ventana única, el ecosistema paraguayo aún necesita ajustes, manifestó. “Tenemos que terminar de hacer que el ecosistema sea totalmente atractivo para las empresas”, reconoció Vaccotti. Pero también se mostró optimista: “Yo estoy muy esperanzado que se está trabajando en eso”.
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Penguin Group, con 100 megavatios contratados, tiene un centro de datos en Hernandarias y por ahora no tiene planes de expansión en Paraguay, aunque esto podría cambiar. “Si esto de créditos energéticos sale, todo se tiene que revisar”, sostuvo.
“Nos llaman todos los días”
La atención internacional en la energía paraguaya crece. “Nos llaman todos los días dos, tres empresas, hace meses”, comentó Bruno Vaccotti. Por otra parte, explica que Penguin no se define como una empresa crypto. “Nosotros generamos en este momento Bitcoin para clientes, para terceros”, aclaró, ejemplificando con la diferencia entre una aspirina y una cocaína.