En su intervención en el Senado, Rubio destacó que la política exterior de Estados Unidos tendrá al frente energético como prioridad durante los próximos cien años y citó a Paraguay, en particular, como ejemplo de país con potencial estratégico, gracias al excedente hidroeléctrico de Itaipú. “Alguien inteligente irá a Paraguay y abrirá un servidor de inteligencia artificial”, señaló Rubio, refiriéndose al 50% de la energía de Itaipú.
Sin embargo, el ingeniero consultor Guillermo López Flores advierte que, si bien las palabras de Rubio tienen alto valor simbólico, pensar que el excedente energético por sí solo atraerá inversiones de IA a gran escala es “un engaño, un desconocimiento, o simplemente discurso político”.
Para López Flores, la realidad es mucho más compleja y que debe realizarse reformas estructurales de las que no se ven ni se hablan.
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Energía no es sinónimo de desarrollo digital
El análisis técnico presentado por el experto desmonta el mito de que tener energía barata y abundante basta para convertir al país en un imán de centros de datos o granjas de IA. “Hace falta mucho más que megavatios para atraer a gigantes tecnológicos”, afirma quien fuera asesor técnico del equipo negociador del Anexo C de Itaipú.
Entre los factores que hoy Paraguay no tiene plenamente desarrollados, el ingeniero enumera: reglas tarifarias flexibles, conectividad internacional robusta, seguridad jurídica, talento humano especializado y un entorno legal adaptado a industrias tecnológicas. A esto se suman incentivos fiscales y marcos regulatorios específicos para actividades de alta demanda energética como criptominería e IA.