A la hora de hablar de inclusión financiera deben considerarse tres componentes: el acceso al sistema financiero, el “uso” de los servicios y la educación que gira en torno a este último punto, según consideró el economista Jorge Garicoche, del equipo técnico de Pro Desarrollo Paraguay, la organización que llevó a cabo el evento “Formalización de Empleo y Empresas en Paraguay”, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Precisamente, en el marco de este conversatorio, el economista señaló que, si bien en Paraguay se han registrado grandes avances en el acceso a cuentas bancarias, aún se enfrentan desafíos en términos del uso de estas herramientas y la educación financiera que permita aprovecharlas.
“No se trata solamente tener una cuenta, que uno no es sujeto de crédito. Entonces, también el uso que pueda tener es muy importante y ahí hay muchísimo por avanzar y crecer todavía”, enfatizó.
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Basándose en un informe del Banco Mundial, recordó que de cada 10 paraguayos, 3 tienen o declaran acceso al crédito. “De esos tres, solo uno accede a un canal formal. Hay todavía que trabajar en reducir costos que no solamente tienen que ver con lo monetario o financiero, sino también con lo social y las complejidades del mercado informal o usurero”, remarcó.

El sistema formal vs. el informal
Mencionó que, si bien acceder al sistema formal puede tener su costo, las tarifas de la informalidad son mucho más elevadas. Recordó que en el informe que elaboraron con la organización Pro Desarrollo se evidenció cómo los emprendedores de los mercados populares se ven obligados a abonar tasas usurarias de interés, de hasta 7.200% (anualizado), para acceder al financiamiento, mientras que el promedio asciende al 30% en el sistema formal.
Recalcó así que se debe seguir avanzando en la inclusión financiera para que todos los paraguayos puedan aprovechar el sistema formal y así generar competitividad en la economía.
Enfatizó que “sobre todo en términos de educación financiera, hay mucho espacio de crecimiento. Además de tener acceso y uso, hay que saber cómo aprovecharlo. Todos esos componentes hacen a la inclusión financiera, que es clave para avanzar en el proceso de formalización”.
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La hoja de ruta
Para lograr la plena inclusión, Garicoche destacó la necesidad de potenciar la educación financiera, que será fundamental para desarrollar paralelamente el uso y seguir avanzando en términos de acceso.
“Tenemos muchísimo por aprender a usar los productos que hoy existen y conocer otros productos. Hay muchas herramientas que pueden colaborar con el bienestar de la ciudadanía, pero para eso hay que conocerlos, educarnos y entender cómo funcionan” subrayó.