El índice permite identificar cuando las presiones sociales, económicas y políticas superan la capacidad de un Estado para gestionarlas. Esta herramienta recopila diariamente miles de reportes provenientes de todo el mundo, y resume millones de datos mediante un enfoque metodológico que combina ciencias sociales con análisis cuantitativo. La información se traduce en un puntaje comprensible tanto para responsables de políticas públicas como para la ciudadanía interesada.
Entre los indicadores que mide el FSI se incluyen factores como: pérdida del control territorial, deterioro de la autoridad estatal, débil provisión de servicios públicos, y limitada capacidad de interacción internacional. También evalúa situaciones como corrupción sistémica, conflictos internos, pérdida de capital humano, deterioro ambiental, desigualdad estructural, presión demográfica y desplazamientos forzosos a gran escala.
El Fondo para la Paz señala que el colapso de un Estado puede producirse de distintas maneras: de forma explosiva, gradual o incluso silenciosa, lo cual refuerza la necesidad de contar con sistemas de monitoreo y prevención eficientes.
Los resultados del ranking 2024 muestran una continuidad en la fragilidad de Estados que, en las últimas décadas, han atravesado conflictos prolongados, crisis humanitarias y sistemas institucionales colapsados. Así, Somalia y Sudán figuran como los países más frágiles del mundo, con puntajes de 111,3 y 109,3, respectivamente.
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En contraste, los países considerados más estables por el índice son Noruega (12,7 puntos), Finlandia (14,3), Islandia (15,2), Nueva Zelanda (15,9) y Dinamarca (15,9).
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Los mencionados Estados presentan altos niveles de cohesión social, instituciones sólidas, economías diversificadas y baja percepción de corrupción.

¿Qué ha pasado con Paraguay?
Aunque Paraguay avanzó en el Índice Mundial de Fragilidad al ubicarse en el puesto 105 con 61,5 puntos, el país aún se mantiene entre los más frágiles de Sudamérica. La distancia con los referentes regionales es considerable: Uruguay (157 y 33,7 puntos), Chile (146 y 41,1) exhiben una institucionalidad mucho más sólida.
De hecho, Paraguay necesitaría escalar cerca de 40 peldaños para acercarse a economías de la región y unos 70 para ingresar al grupo de naciones más estables del planeta. Esto revela que, a pesar del avance, el país continúa rezagado en aspectos centrales como gobernabilidad, cohesión social, calidad institucional y capacidad de respuesta ante crisis.
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En efecto, persisten desafíos estructurales que impiden una mayor estabilidad: la alta informalidad, la corrupción, las debilidades en el sistema de justicia y la falta de planificación estatal a largo plazo. Por tanto, sin reformas profundas, Paraguay corre el riesgo de quedar estancado en una posición de fragilidad crónica dentro de la región.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.