Asimismo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala una persistente desigualdad estructural, con altos niveles de pobreza extrema, y una protección social insuficiente, una brecha que en muchos casos no ha revertido del todo, a pesar de avances en la reducción de pobreza general.
ALC continúa enfrentando una brecha de ingresos que, pese a recientes avances en la reducción de la pobreza, persiste como uno de los obstáculos más estructurales para su desarrollo económico y social. De acuerdo con estimaciones de Oxfam compartidas por Bloomberg, el 10% de la población más acomodada en la región concentra en promedio el 34,3% de los ingresos nacionales.

Este índice de concentración varía sustancialmente entre países. En Colombia, los más ricos acumulan un imponente 43,5% de los ingresos, mientras que en Brasil este decil también controla un elevado 40,9%.
Paraguay se encuentra cerca del promedio latinoamericano, con una concentración del 10% más rico estimada en 35,2%, colocándolo en una posición intermedia: por debajo de Colombia y Brasil, pero aún dentro de rangos similares a los de Guatemala, Costa Rica, Honduras y Ecuador. Mientras no alcanza los extremos de inequidad, tampoco figura entre los países con niveles significativamente menores de concentración, como Argentina, Uruguay, El Salvador y República Dominicana.
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Estar cerca del promedio regional puede interpretarse como una ventaja comparativa para Paraguay frente a los casos más extremos, pero sigue siendo una señal de desigualdad significativa.
Como complemento a lo expuesto y de acuerdo con la CEPAL, es de mencionar que el índice de Gini mide la desigualdad de ingresos dentro de una población y toma valores entre 0 y 1. Un valor de 0 representa igualdad perfecta, en tanto que 1 refleja máxima concentración, cuando una sola persona concentra todos los ingresos. En la práctica, los valores observados se ubican en puntos intermedios, y cuanto más cercano a 1 es el índice, mayor es la desigualdad. El organismo aclara que el cálculo se realiza a partir del ingreso per cápita de los hogares, ordenados de menor a mayor, comparando las diferencias entre cada persona y el promedio de la población. Este indicador permite evaluar la distribución de ingresos, hacer comparaciones entre países o regiones y analizar el efecto de políticas públicas al observar su evolución antes y después de ser aplicadas.
En el caso paraguayo y conforme con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la desigualdad de ingresos registró leves avances a nivel nacional: el coeficiente pasó de 0,449 en 2022 a 0,444 en 2023, manteniéndose en 0,444 en 2024. Sin embargo, la mejora no fue uniforme. Varios departamentos presentaron retrocesos, evidenciando un proceso de concentración del ingreso. Esto también se refleja en la razón P90/P10, que mide cuántas veces el ingreso del 10% más rico supera al del 10% más pobre, lo que refuerza la persistencia de brechas significativas.
Finalmente, y a modo de remarcar, mientras que países como Colombia y Brasil exhiben niveles extremos de concentración del 10 % más rico, superiores a 40%, Paraguay se encuentra en un punto más moderado, posicionándolo en una latitud favorable para emprender reformas que fomenten una economía más equitativa.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.