En la parte más alta de la escala salarial, los miembros del Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Personal Directivo registraron ingresos mensuales de G. 7.414.800, con un incremento de G. 1.134.500 (18,1% más) al comparar con el mismo periodo de 2024. Esta categoría supera con amplitud al resto de los sectores, ampliando la brecha respecto al promedio nacional.
En segundo lugar, se ubican las Fuerzas Armadas, con ingresos de G. 5.494.900. Sin embargo, a diferencia del resto de los segmentos, este sector experimentó una contracción interanual de 9,6%, lo que implicó una pérdida de G. 580.800 respecto a 2024, caída que contrasta con la tendencia general de crecimiento y reduce su distancia con otras ocupaciones de mayor calificación. En este segmento, desde el INE precisaron que la estimación está basada en menos a 30 casos muestrales, por lo que puede ser considerada como insuficiencia muestral.
El tercer grupo con mayores ingresos corresponde a los profesionales científicos e intelectuales, que percibieron en promedio G. 5.137.000 en el segundo trimestre de este año, manteniéndose prácticamente estable con relación al año anterior, con una leve disminución de 0,3%.
Los datos del INE revelan una brecha significativa entre los tres grupos mejor remunerados. La diferencia entre el primer lugar (Miembros del Poder Público y Directivos) y el segundo (Fuerzas Armadas) asciende a casi G. 1.920.000, lo que representa un margen superior al 34,9%. La distancia con los profesionales científicos e intelectuales es aún más amplia: G. 2.277.800, lo que equivale a un 44,3% más.
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El diferencial pone en evidencia las desigualdades en la estructura salarial del país, donde los ingresos vinculados al poder político y directivo superan de manera holgada incluso a los profesionales altamente calificados.

Crecimientos en otras categorías
Más allá de la élite salarial y la brecha existente, el informe oficial muestra mejoras relevantes en otros segmentos. Los técnicos y profesionales de nivel medio registraron un ingreso promedio de G. 3.863.000, con un incremento del 9,2% interanual. De igual manera, los operadores de instalaciones y máquinas percibieron G. 3.238.300, es decir, 6,9% de aumento, mientras que los empleados de oficina lograron un promedio de G. 3.169.600, con un alza de 4,4%.
Otro grupo con desempeño favorable fueron los oficiales, operarios y artesanos quienes alcanzaron G. 2.766.300, con un crecimiento de 11,3%; así como los trabajadores de servicios y vendedores de comercios y mercados, cuyo ingreso se elevó en 8,1% para ubicarse en G. 2.465.900.
El restante grupo: los trabajadores agrícolas, agropecuarios y pesqueros con un ingreso promedio de G. 2.099.500 y los trabajadores no calificados, uno de los grupos con menor poder adquisitivo, registraron G. 1.919.800 en promedio, lo que representó un leve incremento de 4,2% y 3,5%, respectivamente en comparación con 2024.
A modo de remarcar, el análisis por categorías pone de relieve que, aunque el ingreso promedio nacional creció en 5,4%, este aumento no fue homogéneo. Mientras sectores vinculados a la Administración Pública y cargos directivos consolidan incrementos significativos, otras categorías mantienen ingresos estancados.
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La brecha salarial entre los niveles superiores y los trabajadores de base continúa siendo pronunciada: un directivo percibe en promedio casi cuatro veces más que un trabajador no calificado. Esta diferencia refleja tanto la estructura jerárquica del mercado laboral como las limitaciones en la movilidad social de amplios sectores de la población.
El reto hacia adelante radica en promover políticas que permitan reducir la disparidad salarial y fortalecer la capacidad de ingresos de los sectores con menor poder adquisitivo. El informe del INE confirma que la economía paraguaya mantiene un patrón de crecimiento desigual, en el que la distancia entre los ingresos más altos y bajos sigue marcando la dinámica del mercado laboral.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.