En detalle, las microempresas emplearon al 64,1% de la población ocupada, lo que equivale a alrededor de 1.906.535 en el segundo trimestre de 2025. A pesar de leves fluctuaciones intertrimestrales, este rango se ha mantenido con relativa estabilidad en los últimos años. En 2022, por ejemplo, el promedio anual rondó el 65%, mientras que en 2023 y 2024 se observó un ajuste hacia abajo, pero sin modificaciones estructurales significativas, evidenciando la persistencia del autoempleo, de las unidades familiares de subsistencia y de los pequeños negocios informales, que siguen siendo la base del mercado laboral paraguayo.
Las pequeñas empresas, por su parte, explicaron el 9,7% del total de ocupados en el segundo trimestre de este año, lo que se tradujo en más de 288.000 trabajadores. Si bien su peso es considerablemente menor al de las microempresas, resulta relevante al analizar las posibilidades de crecimiento, formalización y escalamiento productivo.
El rol de las medianas empresas, aunque más limitado en términos relativos, también tiene su participación en el mercado laboral paraguayo. Representaron entre 3% y 4% de la población ocupada en los últimos años, con más de 92.000 trabajadores en 2025. Su importancia radica en que suelen operar en sectores con mayor grado de formalización, productividad y acceso a financiamiento. No obstante, la estabilidad de sus cifras a lo largo del período 2022-2025 sugiere que la transición de pequeñas a medianas empresas enfrenta barreras estructurales relacionadas con costos laborales, acceso a crédito y competitividad frente a grandes compañías.
Así, el segmento considerado mipymes ha concentrado en los últimos años aproximadamente el 80% de ocupados en el país. Entre los meses de abril, mayo y junio de 2025, empleó al 76,9% de trabajadores.
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¿Cuál es la situación en los demás segmentos?

En contraste, las grandes empresas (51 y más personas ocupadas) mostraron un peso relativamente reducido dentro del empleo total. Este segmento se mantuvo entre 10% y 13% del total de ocupados, con aproximadamente 315.000 trabajadores en 2025. Aunque las cifras puedan parecer bajas en comparación con otros países de la región, reflejan la realidad de una economía en la que los grandes conglomerados no concentran la mayoría de la fuerza laboral, sino que dependen más de la inversión de capital y de la incorporación tecnológica que de la absorción masiva de mano de obra. A esto se debe sumar la limitada capacidad de recursos humanos.
Otro grupo relevante en la estructura laboral paraguaya es el de los trabajadores domésticos, que representaron entre 7% y 8% del total de ocupados, con 223.000 personas según los últimos datos disponibles. Este segmento no solo evidencia la fuerte presencia del trabajo en los hogares como fuente de ingreso, sino también la necesidad de políticas específicas de protección social, dado que se trata de una de las categorías más vulnerables en términos de cobertura laboral y seguridad social.
En conjunto, las cifras reflejan que Paraguay mantiene un mercado laboral caracterizado por una alta participación de las mipymes. Este escenario presenta un doble desafío: por un lado, la necesidad de sostener el dinamismo de estas unidades económicas, que son esenciales para la absorción de mano de obra; y por otro, la urgencia de implementar políticas que impulsen la formalización, el acceso a crédito y la productividad. Solo así podrá aprovecharse el potencial de este segmento para generar empleos de mayor calidad y contribuir a la diversificación de la economía.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones