Solo 1 de cada 10 jóvenes pobres en Paraguay accede a la universidad, revela el BID

En las últimas dos décadas, América Latina y el Caribe han experimentado un crecimiento sostenido en la asistencia a la educación superior, ubicándose como la segunda región con mayor dinamismo en el mundo después de Asia del Este y el Pacífico, de acuerdo con el informe “El gasto real de estudiar educación superior en América Latina, ¿cuánto invierten las familias y qué apoyo financiero reciben los estudiantes?” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Estudiantes con mochilas caminando en la calle.
Estudiantes con mochilas caminando en la calle.

Los datos del mismo organismo dan cuenta de que, entre 2002 y 2022, la tasa bruta regional aumentó del 26% al 56%, aunque todavía se mantiene por debajo del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde alcanza el 79%. En este contexto, Paraguay muestra un avance en el acceso, aunque aún se encuentra rezagado frente a otros países de la región.

La tasa neta de asistencia a la educación superior en Paraguay, en el grupo de jóvenes de 18 a 24 años, pasó de 14% en 2006 a 22% en 2023. Este incremento refleja un progreso en el acceso, pero el país continúa por debajo del promedio regional, que alcanzó 29% en 2023. En comparación, Chile y Costa Rica lideran con niveles de 41% y 42%, respectivamente, mientras que naciones como Guatemala (14%) y Honduras (15%) se encuentran entre las de menor participación, contrastes que ponen en evidencia la heterogeneidad del avance educativo en América Latina y la necesidad de políticas más efectivas para ampliar la cobertura en países como Paraguay.

El crecimiento en el país, aunque relevante, se explica, en gran medida, por la expansión de la oferta universitaria privada y el mayor acceso a programas de crédito educativo y becas. No obstante, el alcance de estas acciones ha sido insuficiente para cerrar las brechas de desigualdad en el acceso. Como se observa en los datos comparativos regionales, la asistencia a la educación superior sigue mostrando fuertes disparidades según el nivel socioeconómico.

En 2023, solo 11% de los jóvenes paraguayos pertenecientes a los quintiles de ingreso más bajos (quintil 1 y 2) accedieron a la educación superior, frente a un 47% de quienes pertenecen al quintil más alto. La brecha es una de las más marcadas de la región y se asemeja a la observada en Uruguay (18% vs. 62%) y Costa Rica (32% vs. 65%), aunque en estos países las tasas generales son más elevadas, revela el informe del BID. En el caso paraguayo, el reducido acceso de los sectores vulnerables limita no solo las oportunidades individuales de movilidad social, sino también las posibilidades de generar un capital humano más equitativo que contribuya al crecimiento económico.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

En efecto, la desigualdad en el acceso refleja problemas estructurales previos a la transición hacia la educación superior. Las deficiencias en la calidad de la educación media, la alta deserción escolar y la escasa cobertura de programas de apoyo académico reducen las probabilidades de que los jóvenes de menores ingresos completen los requisitos necesarios para ingresar a una institución universitaria. A ello se suman las restricciones financieras, que influyen de manera determinante en la decisión de continuar los estudios.

Tasa de asistencia a educación superior por país 18 a 24 años
Tasa de asistencia a educación superior por país 18 a 24 años

A pesar de estas limitaciones, el incremento registrado muestra que existe una tendencia hacia una mayor participación en la educación superior. Este avance se torna relevante en un país que busca diversificar su matriz productiva y reducir su dependencia de sectores primarios. Sobre el punto, la expansión del acceso universitario, particularmente en áreas técnicas y científicas, podría convertirse en un factor estratégico para fortalecer la competitividad de Paraguay en el largo plazo.

Sin embargo, para que este crecimiento sea inclusivo, será necesario diseñar políticas públicas más ambiciosas. La experiencia de países vecinos sugiere que la combinación de becas focalizadas, ampliación de la educación técnica superior y programas de acompañamiento para estudiantes de bajos ingresos puede contribuir a cerrar las brechas. En ese sentido, Paraguay enfrenta el desafío de aumentar la cobertura y, al mismo tiempo, garantizar que los estudiantes más vulnerables puedan acceder y permanecer en el sistema.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.

Enlace copiado