Conforme con el reciente informe del organismo, la productividad laboral en América Latina y el Caribe (ALC) aumentó 2,2% en 2024, pero sigue creciendo a un ritmo menor que el promedio mundial. En declaraciones a Bloomberg, el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, había calificado la situación como “una tragedia”, al señalar que la región no converge con los países más desarrollados, sino que “se está alejando”.
De los países analizados, 23 registraron un crecimiento de la productividad, aunque persiste un “notorio retroceso” frente al desempeño mundial. Salazar advirtió que, si no hay un cambio de mentalidad y de políticas productivas, la región podría caer en “una tercera década perdida”.

Paraguay con relación a otros países
Los datos presentados por la Cepal revelan grandes diferencias dentro de América Latina y el Caribe. Mientras el promedio regional se ubica en US$ 598 por hora trabajada, Paraguay registra apenas US$ 332, posicionando al país entre los de menor productividad de la región, junto con economías como Jamaica, El Salvador y Honduras.
En contraste, las naciones con mayor productividad, como Guayana (USD 2.204), Bahamas (USD 1.835) y Uruguay (US$ 1.441), poseen estructuras productivas más diversificadas y una fuerte presencia de sectores de alta productividad, como minería, hidrocarburos y servicios financieros. En Paraguay, en cambio, predomina una base productiva concentrada en el sector primario, con escasa incorporación de tecnología en el empleo, en general y un nivel elevado de informalidad laboral.
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El diferencial también es notorio respecto a los países del Cono Sur: Argentina alcanza US$ 882 y Brasil US$ 593, más de 1,5 veces el nivel paraguayo. Esta brecha refleja no solo diferencias tecnológicas, sino también la limitada inversión en innovación, capital humano y políticas industriales orientadas al aumento del valor agregado.
El organismo destaca que los países con mayores niveles de productividad, como los que cuentan con minería, hidrocarburos o servicios financieros, logran sostener el crecimiento económico de largo plazo. En cambio, los países con rezagos enfrentan una “espiral descendente” en la que el bajo desarrollo económico y social se refuerza mutuamente.
Desde una perspectiva general y de acuerdo con las recomendaciones de la Cepal, la mejora de la productividad requiere políticas de desarrollo productivo sostenidas, enfocadas en la capacitación laboral, la digitalización, la infraestructura y la articulación entre el sector público, el privado y la academia. De hecho, enfatiza que las políticas de desarrollo productivo deben ocupar un lugar central en la agenda regional, ya que son clave para aumentar la productividad y los ingresos en el largo plazo en lugar de depender de subsidios o exenciones fiscales.
El secretario ejecutivo de la Cepal Salazar-Xirinachs subrayó que el bienestar social y la estabilidad política están directamente vinculados a la productividad: “Cuando ésta se estanca, aumentan los conflictos y se deteriora el progreso económico”, afirmó.
Es de mencionar que, si Paraguay lograra converger hacia el promedio regional, elevaría significativamente su ingreso por trabajador y fortalecería su resiliencia macroeconómica.
*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
