El documento del IPS identifica tres momentos críticos que marcan el deterioro progresivo del fondo previsional.
1. Primer momento crítico: Déficit Corriente
Hasta 2019, los aportes obrero-patronales cubrían con suficiencia el pago de jubilaciones y pensiones. Sin embargo, a partir de 2020, en pandemia, esa relación se rompió y el IPS debió recurrir a la renta generada por sus reservas para financiar el déficit corriente. Desde entonces, el uso de la renta se incrementó de manera constante.
En 2020 se utilizó el 19,85%; en 2021 el 2,40%; en 2022 el 16,87%; en 2023 el 28,02%; y en 2024 el 33,92% de la renta. En cinco años, casi un tercio se destinó a cubrir los pagos previsionales, comportamiento que confirma que los ingresos por aportes dejaron de ser suficientes y que la institución depende cada vez más del rendimiento de sus inversiones para sostener sus compromisos.
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El déficit corriente constituye el primer signo estructural de desequilibrio. Si no se revierten las tendencias demográficas y laborales, el margen de maniobra del IPS continuará reduciéndose.
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2. Segundo momento crítico: Uso del Capital de la Reserva
El segundo punto de inflexión se daría cuando la totalidad de la renta deje de alcanzar para cubrir el gasto corriente, lo que obligaría a utilizar el capital acumulado de la reserva. De acuerdo con las proyecciones del estudio actuarial, esta situación podría presentarse en torno al año 2035.
A partir de entonces, el IPS debería liquidar parte de sus activos financieros para financiar jubilaciones y pensiones. Esto implicaría una reducción paulatina del patrimonio del fondo, que hoy constituye su principal respaldo frente a choques económicos.
En esta fase, el sistema pasaría de depender del rendimiento de sus inversiones a consumir directamente sus recursos acumulados, acelerando el deterioro de su posición financiera.
Las mismas estimaciones de la previsional dan cuenta de que, si la gestión de inversiones no se profesionaliza y los parámetros del régimen no se ajustan, la velocidad con la que se consumiría el capital podría superar incluso los US$ 100 millones anuales en algunos ejercicios.
3. Tercer momento crítico: Agotamiento total de la Reserva
El escenario más preocupante corresponde al agotamiento completo de la reserva. El informe estima que, de mantenerse las condiciones actuales, ello ocurriría hacia 2047. A partir de esa fecha, el sistema previsional contaría únicamente con los aportes corrientes de trabajadores y empleadores para pagar las prestaciones.
Un modelo sustentado exclusivamente en ingresos mensuales es altamente vulnerable. Cualquier caída del empleo formal o desaceleración económica pondría en riesgo el cumplimiento de las obligaciones previsionales. Además, la ausencia de reservas limitaría la posibilidad de realizar ajustes graduales y obligaría a adoptar medidas de emergencia, como reducciones en beneficios, aumentos de las tasas de aporte o asistencia fiscal directa.
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El sistema jubilatorio del IPS sin reformas enfrenta, por tanto, una secuencia previsible de tensiones financieras: primero, el uso de la renta; luego, el consumo de la reserva; y finalmente, el agotamiento de los recursos. Las estimaciones no son predicciones definitivas, pero ofrecen una señal clara de alerta.
Ante tal escenario, las decisiones que se adopten en los próximos años serán determinantes para definir la estabilidad del régimen previsional y la seguridad de las futuras generaciones de jubilados.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.