El informe destaca que los principales impulsores de este progreso son Brasil y México, cuyos descensos en las tasas de pobreza representaron la mayor parte del retroceso regional. En el caso brasileño, la proporción de personas con ingresos inferiores a 8,30 dólares diarios (ajustados por paridad de poder adquisitivo) cayó de 25,3% a 20,6% entre 2022 y 2024. México registró una reducción aún más pronunciada, de 27,4% a 21,7% en el mismo período. Otros países con avances notables fueron República Dominicana, Paraguay, Costa Rica y Colombia. En particular, Paraguay logró reducir la pobreza 5,3 puntos porcentuales en el lapso mencionado.
La combinación de mejores condiciones laborales y programas de transferencias públicas permitió una disminución de 3,5 puntos porcentuales en la pobreza regional durante 2022–2024; sin embargo, el Banco Mundial advierte que la región enfrenta una etapa de crecimiento económico más débil y que las mejoras podrían desacelerarse en los próximos años.
El producto interno bruto de América Latina y el Caribe creció 2,2% en 2024, un ritmo inferior al promedio mundial. Si bien la expansión resultó modesta, la región logró reducir la pobreza más rápido que cualquier otra, impulsada por la recuperación del empleo tras la pandemia y el incremento de los salarios reales. Entre 2025 y 2027 se prevé una disminución más lenta del indicador, de apenas 0,3 puntos porcentuales por año, debido a las presiones inflacionarias, el menor ingreso de inversiones extranjeras y la restricción fiscal en varios países.
En términos comparativos, América Latina mantiene la segunda tasa de pobreza más baja entre las regiones del mundo, detrás de Europa y Asia Central. Sin embargo, el progreso histórico ha sido más lento que en Asia Oriental, donde la pobreza se redujo de forma mucho más acelerada durante las últimas dos décadas.
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El informe también resalta la estabilidad del grupo vulnerable (personas con ingresos entre 8,30 y 17 dólares diarios) que representa alrededor del 32% de la población. En el Caribe, este segmento asciende al 36%, lo que refleja una mayor exposición a desastres naturales y choques económicos. En cambio, la clase media se amplió y alcanzó su máximo histórico, con incrementos destacados en República Dominicana, Costa Rica, Brasil y México.

En materia de desigualdad, la región sigue figurando entre las más desiguales del mundo. El coeficiente de Gini se ubica en 49,1 puntos, por encima del umbral de 40 establecido por el Banco Mundial para catalogar a un país como altamente desigual. No obstante, la brecha se redujo 2,3 puntos desde 2016, por mejoras en Brasil y México.
El documento también advierte que la informalidad laboral limita los beneficios del crecimiento. Ocho de cada diez trabajadores pobres carecen de cobertura previsional, lo que perpetúa empleos de baja productividad y escasa protección social. Aun así, la reciente creación de empleo formal y los aumentos del salario mínimo contribuyeron a elevar los ingresos de los hogares más vulnerables.
El Banco Mundial señala que la pobreza persiste con mayor intensidad entre niños y adolescentes, que representan más de un tercio de quienes viven bajo la línea de 8,30 dólares diarios. En contraste, los adultos mayores exhiben mejores condiciones económicas, favorecidos por pensiones y mayor acumulación de activos.
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De cara al futuro, el organismo plantea la necesidad de políticas que generen empleos de calidad y fortalezcan la productividad. Recomienda impulsar reformas estructurales que amplíen el acceso al capital, mejoren la infraestructura y modernicen los sistemas tributarios. Asimismo, propone reforzar la educación y los programas de capacitación para facilitar la transición hacia ocupaciones de mayor calificación.
La región logró avances indiscutibles en la reducción de la pobreza, pero la sostenibilidad de esos logros dependerá de su capacidad para consolidar un crecimiento más dinámico e inclusivo. El desafío consiste en transformar la recuperación pospandemia en un proceso de desarrollo sostenido que reduzca la vulnerabilidad y la desigualdad en el largo plazo.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.
