Cautivante cierre al son del jazz

Con el público coreando y acompañando con palmas el tema “Birdland”, culminó el sábado el XVI CCPA Jazz Festival en el Teatro Municipal.

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Motivados por el carisma del trombonista François de Lima, la gente salía silbando el tema, luego de haber pasado una noche de muy buena música y que augura el seguimiento de este festival que ya es tradicional en la escena asuncena.

El festival se inició con los dúos paraguayos Purahéi Soul, integrado por los cantantes Jenny Hicks y Miguel Narváez, y Dos de Espadas, una propuesta de blues que reúne a Dominique Bernal y Toto González. Una cruza de polca y blues llamativa e interesante.

Luego actuó el baterista argentino Néstor Astarita, uno de los pilares del jazz en el vecino país. Estuvo acompañado del pianista Alejandro Kalinoski, el contrabajista Pablo Tozzi y el trompetista Nico Bernardelli. A pesar de su larga trayectoria, era la primera actuación de Astarita en Paraguay.

Presentó un repertorio dedicado a Astor Piazzolla y Miles Davis, que arrancó con una propuesta brumosa titulada “Prepárense” del bandoneonista marplatense. Una interpretación densa que prometía una propuesta vanguardista de cruza entre tango y jazz. Pero el siguiente tema ya fue algo más distendido, la clásica “Nardis”, aunque enérgica y contagiante. Los gritos de Astarita eran apagados por el ritmo de sus tambores. Kalinoski por poco no se subía encima del piano, mientras que la trompeta asordinada de Bernardelli sonaba bien fría, en la tradición davisiana, podríamos decir.

Volvieron al tango con “Chiquilín de Bachín”, bien melancólico. Astarita deja un momento la batería, se pone el saco y sale a bailar con Carola. Una suerte de compadrito cool que baila un tango que en un momento es jazz y también bossa nova. Con el público ya en el bolsillo, el cuarteto se despidió con “La calle del delfín verde”, así mencionó el veterano baterista, con más pila que cualquier pibe, a uno de los estándares más conocidos del jazz norteamericano. Una versión muy rítmica, en la que Astarita queda solo en el escenario. La gente seguía con palmas, en una suerte de candombe espontáneo y que llamó la atención del baterista, dedicando el tema a los hermanos Fattoruso y a Rubén Rada.

Finalmente, tocó el cuarteto de los brasileños Marinho Boffa (piano), François de Lima (trombón), Thiago Espírito Santo (bajo) y Jabes Felipe (batería). Ofrecieron una samba jazz bien caliente y extrovertida. Fue la primera vez que tocaron juntos. El grupo se armó para venir a Asunción, luego de que Boffa convide a de Lima. Recordemos que el pianista ya había estado en la edición del 2008 con un trío. Iniciaron con una composición de Djavan y recorrieron obras de grandes de la música del vecino país, entre ellos Moacir Santos y el infaltable Tom Jobim, de quien tocaron una versión envolvente de “Chovendo na roseira”.

Thiago Espírito Santo lleva el ritmo en el cuerpo, con una interpretación muy demostrativa. Sobresalió en “Incompatibilidade de genios”, tema en que el riff del bajo es muy presente.

El final fue una cruza entre “Birdland”, de Zawinul, y “Giant Steps”, de Coltrane, bien contagiante. El paso de François de Lima como miembro de la banda de Roberto Carlos no fue en vano. Sabe ganar a la gente, pero con clase.

sferreira@abc.com.py

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