Enrique Carrera, un arpista que nos representa en Japón

El joven arpista Enrique Carrera retorna hoy a Japón, donde reside desde hace ocho años. Junto con su esposa, Arisa Matsuki, integran el dúo de arpas Sonrisa. Juntos dirigen una academia de enseñanza del instrumento en Tokio y se están preparando para un festival que realizarán en el barrio de Ginza en julio de este año.

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Enrique Carrera sintió la atracción del arpa desde muy niño. Su padre era músico, pero prefería que su hijo estudie guitarra. Su hermana es la que empezó a estudiar el arpa. Pero el niño, con menos de diez años, espiaba las lecciones de la hermana y cuando nadie lo veía, practicaba con el instrumento. Al descubrir su padre el interés del pequeño Enrique, decidió que sea él el que continúe las clases. Su madre no estaba muy de acuerdo, pero pronto empezó a progresar. A los 13 años integró el grupo Aramí, que dirigía Juan de la Cruz Fernández, con el que actuó en el Memorial de América Latina, en São Paulo. También el grupo se presentó en festivales como el de Cosquín, en Córdoba, y el del Mercosur, en Mendoza.

Ya mayor, hizo cruceros por el Mediterráneo, en la línea MSC Cruciere. Recorría puertos y ciudades de Italia, Francia, España, Túnez y Malta, junto con Jackson Manosalva y Lolo Gómez.

Actualmente, vive en Yokohama junto con su esposa, Arisa Matsuki. El 23 de noviembre pasado actuó en el festival de arpa organizado por la asociación Hola Amigos, que tuvo lugar en el Centro Cultural de Chiba. En dicha ocasión, la arpista ganadora fue Yuki Shiomitsu. Actuó también la ganadora anterior, Rin Sakamoto, quien ya estuvo en nuestro país.

Para este año, Carrera ya tiene actuaciones previstas. Ofrecerá un festival en el Yamaha Hall, del barrio de Ginza, en Tokio, el 6 de julio.

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Antes, el 5 de mayo participará en el festival de música latinoamericana que se realizará en el parque Yoyogi, en Tokio.

“Lo que me gusta del Japón es la importancia que se le da a lo cultural. El emperador solo se agacha a saludar a un profesor, porque de los profesores depende la cultura del pueblo. Esa es muestra del respeto a la enseñanza, y el arpa es muy respetada como representante de la cultura en Paraguay”, manifestó Carrera.