“La la land”: Filme a medida para el Óscar

Hay películas que se hacen para el Óscar. “La la land” es una de ellas.

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La historia de una chica y un muchacho que viven en Los Ángeles y anhelan cumplir su sueño artístico, ella como actriz y él como músico de jazz. Muy bonita, muy bien hecha, buenas coreografías... pero ya hemos visto esta película.

Este musical tiene muchas referencias a la historia del cine y del jazz. Indudablemente, una película para que Hollywood la adore. Vamos a ver cuántas estatuillas se lleva el domingo.

“La la land” es una película para insuflar nostalgia a los hipsters. Para expresar que un mundo retro, un sueño retro, es posible en un mundo de celulares y embotellamientos. En los 80 soñábamos también con los cincuenta, a través de series, películas y otros productos de la industria cultural para sacar partido de la nostalgia. “La la land” hace el mismo juego.

El personaje principal (Ryan Gosling) maneja un auto de los 70, en el que escucha casetes (tiene un cajón lleno en el asiento trasero), practica sus lecciones escuchando LP y casi todo el tiempo está vestido de saco y corbata. Vive enfrascado en la época dorada del jazz y sueña con abrir su propio club. Ella (Emma Stone) es un poco más actual. Trabaja en un cafetería ubicada en los estudios Warner. Sabe qué película se filmó en cada esquina y su departamento está lleno de afiches de filmes (de los 50 para abajo, claro).

Un canto de amor a Los Ángeles, pero en las calles nunca hay gente, como si fuera una ciudad vacía.

¿Donde están todos, en el embotellamiento?

Una edición de primera, con largos planos secuencia, entre los que sobresale el primero, el del embotellamiento. Muchos guiños que pueden gustar a los que amamos el cine y el jazz. Pero ya hemos visto esta película. ¿Qué se hizo de aquel director que hizo “Whiplash”? Se lo comió lo retro.

Sí, es cierto. El filme de Damien Chazelle es una fantasía, un escape a un mundo ilusorio, donde dos románticos persiguen su sueño. Y ahí está lo más interesante del filme. A pesar de que ellos se aman, sienten que sus respectivos sueños los separan, que no son compatibles con su amor, como si el American Dream solo pudiera ser individualista. Hay una escena en la que ella se plantea qué hubiese pasado si lo hacían de a dos. Pero su planteamiento es superficial, todo se va en los colores y la historia se diluye en una hermosa acuarela.

sferreira@abc.com.py

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