Lotte Schulz, gran artista y ser humano

Como una extraordinaria mujer y como una artista que luchó, con convicción, por ser reconocida en el mundo del arte, fue recordada la artista plástica Lotte Schulz en su despedida en la mañana de ayer en el Museo de Bellas Artes, donde fue velada.

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Una gran cantidad de artistas y amigos fueron a dar su último adiós.

Artistas y amigos, así como su única hija, Inés, y admiradores de su arte rodearon el féretro de Schulz para dar un homenaje como despedida, con palabras de recordación sobre su trabajo y su persona.

“El grabado fue su amor artístico siempre. Ella consideraba que su trabajo en cuero era su aporte más innovador”, refirió Ticio Escobar acerca del campo artístico en el cual Schulz ha dejado un significativo aporte. Asimismo, resaltó que además de artista se destacó en la enseñanza del arte, en la restauración, y en la gestión pública como directora del mismo Museo que ayer la recibía por última vez. También recordó su forma de ser y su coraje. “Transmitía pasión, era fuerte para poder sobrevivir en un medio difícil, destacarse y crecer, no es fácil, nunca fue fácil acá, pero de esa propia fortaleza a su vez cimentó un camino”.

Víctor Jacinto Flecha, amigo desde sus años de juventud, habló de lo increíble que era Schulz. “Creo que fue heredera de todas esas mujeres paraguayas que pelearon por sobrevivir y construir una nación, Lotte es eso, supo construir una vida con un sacrificio extraordinario, ella nació en un ranchito perdido allá cerca de Carmen del Paraná. Descubrió los paisajes de este país, descubrió lo que es este país y eso reflejó en toda su obra, fue una mujer con una ética extraordinaria, profunda, increíble, y con una gran honestidad”, expresó. Asimismo recordó una pregunta que le hizo hace poco sobre el arte moderno, a lo que ella respondió que no lo entendía, pero que “todo arte siempre expresa su tiempo, y este es un tiempo en el que no hay definiciones, entonces eso expresa ese arte”, había dicho. “En el arte fue una transgresora permanente, en una sociedad muy clasista ella venía muy de abajo y no todas las veces quisieron darle el lugar que ella se merecía, peleó ese lugar y consiguió con su arte y hoy realmente la despedimos como lo que fue: una gran mujer”, culminó Flecha.

A su turno, Jorge Rubiani indicó que las autoridades deben ser más partícipes y dar más cabida al arte. “La partida de Lotte tiene que hacer que nosotros hagamos las cosas como para que su presencia, su obra y la de otros cultores del arte estén vigentes. Así como otros estamentos de la sociedad manifiestan sus demandas, la clase que cultiva el arte y la belleza tiene que demandar al Gobierno su fuerte presencia en el apoyo y el sostenimiento como factor fundamental de nuestro crecimiento como nación”, reflexionó.

“Tenemos la obligación de continuar su obra de alguna manera, hacerla conocer y promocionar”, dijo Osvaldo González Real, mientras que Pablo Ávila pronunció que Schulz “está en su verdadera casa”.

Por su parte, Osvaldo Salerno destacó la parte de Schulz no como artista sino como gestora cultural, y que un gran logro fue haber completado el primer catálogo del Museo de Bellas Artes. “Le tocó jubilarse, que habrá sido el momento más duro de abandonar una tarea que ella había tomado con entusiasmo y responsabilidad. Muchas cosas probablemente técnicamente ella no sabía llevar adelante, pero se arriesgó, vinieron las oportunidades y sacó adelante el museo”, contó.

Finalmente, su hija Inés dijo a los presentes que su madre quería que este momento fuese como un vernissage artístico, de felicidad, no así un velatorio triste.

Schulz fue envuelta en ao po’i de lana, como en vida ella lo pidió. No fue sepultada, pues sus restos serán cremados. Dejó el mundo terrenal, pero con su valioso aporte y sus obras, seguirá presente.

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