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Minutos después de las 23:00 unas imágenes lo introducían como un “ícono” y “el único”, emulando a la presentación de un boxeador. Con un tinte bien sarcástico y con mucho humor, que fueron constantes a lo largo del concierto, Williams empezó con “The heavy entertainment show”, rodeado de un cuerpo de talentosas bailarinas vestidas de boxeadoras.
Entre un gran juego de luces e imágenes, siguió con “Let me entertain you”, recorriendo una pasarela que llegaba hasta la mitad del público, dando rienda suelta a su gran pasta de showman. Con total desparpajo, se levantó la pollera y dijo “esta es mi cola y esta noche pueden hacer con ella lo que quieran”, para el delirio del público.
Él y sus bailarinas quedaron en la pasarela al son de “Monsoon”, que al final quedó enganchada con “YMCA” de los Village People. Aquí Robbie se dirigió a su banda a preguntarles qué estaban haciendo, reclamándoles que ese era su show.
Las luces láser empezaron a penetrar el cielo cuando sacó a relucir su lado más jazz con “Minnie the moocher”, en tanto la gente se mostraba muy tímida para cantar y él buscaba la forma de animarla.
Como un tributo a su “héroe” George Michael, invitó al público a cantar “Freedom”, y luego habló sobre sus hijos, al tiempo de hacer bromas sobre su edad. Recordó una anécdota con su hija mayor antes de interpretar “I love my life”, tema que escribió para ellos.
Williams se mostró curioso por conocer qué edad tenía su público, así que hizo como un ping pong a capela de canciones de otros artistas para ver cómo respondían. Así sonaron “Livin on a prayer”, “Rehab”, “Take on me” y “Stayin alive”. Cuando encontró a una fan que tenía 14 años, bromeó sobre qué hacía en su concierto, y si le gustaba Justin Bieber o One Direction.
Tras las más lentas “Come undone” y “Millenium”, llegó el momento más hilarante de la noche, cuando invitó a una joven llamada Fio para acompañarle en “Something stupid”. Sentados en un sofá al borde de la pasarela, se abrazaron e incluso ella le robó un beso.
Para el cover de “Sweet Caroline” sorprendió al público con la presencia de su padre, Pete Conway, quien, enfundado en un smoking, canto con él, generando así un momento muy emotivo.
“Rudebox” levantó la energía del show con la incursión nuevamente de las bailarinas y donde el trío de coristas dio un gran despliegue vocal. Al inicio de “Tripping” se notó a su voz un poco forzada, sobre todo en las partes agudas.
Otra fan, llamada Evelyn, volvió a ser protagonista, ya que Robbie le dedicó “She’s the one”, en tanto que unas luces láser verdes, como nunca se ha visto en un show en el país, invadieron el Jockey Club mientras sonaba “Feel”. La bailable “Rock DJ” llegó antes del bis, que se cumplió con “Better man” y “Angels”. Como cierre, invitó a sumarse al público en una especie de karaoke con “My way”, demostrando que es un artista que sabe entretener a su manera.
Fotos: Arcenio Acuña