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Dyango ha venido una gran cantidad de ocasiones al Paraguay, desde aquella primera vez, en 1976. Ha actuado en clubes, restaurante-shows y hasta en una elección de Miss Paraguay, en 1999. Tal vez conoce Paraguay mejor que cualquiera de sus colegas españoles contemporáneos (tiene 77 años). Por eso, cuando el sábado pasado, en el escenario del BCP expresaba su cariño hacia nuestro país, no parecía una pose de artista. Además, se estableció una muy buena comunicación con el público presente en la sala. Las mujeres le pedían canciones. “Ahora, estoy haciendo el disco 55 de mi vida, así que no puedo acordarme de tantas canciones”, dijo ante el pedido de “Amor de tango”. Sin embargo, complació el pedido en el momento.
Acompañado de una orquesta de seis miembros (dos tecladistas, un saxofonista, bajo, guitarra y batería) hizo un repertorio muy variado, que incluyó varios tangos, además de las clásicas canciones de su repertorio, que las escuchamos en radio desde los lejanos años 70.
Quienes me conocen, saben que no curto el estilo de Dyango, pero es llamativo como conserva su voz el cantante catalán. Hizo un concierto de casi dos horas, con un profesionalismo que envidiarían representantes de su generación.
“Cuando conté a Marcos (Llunas, su hijo, también cantante) que venía a Paraguay, se quería morir porque él considera a Paraguay su país. Aquí fue donde ganó el festival de la OTI”, dijo casi al empezar el show. También destacó la acústica del teatro, el cual no conocía.
Dyango está en una gira de despedida, aunque se lo veía muy a gusto en el escenario. Hizo una selección de tangos, en versiones muy personales, y que comenzó con “El día que me quieras” y luego cantó “Cada día te extraño más” y “Naranjo en flor”.
Pero sus clásicos fueron los más celebrados, como “Regálame esta noche”, “Volverte a ver”, “Querer y perder”, y por supuesto, “Corazón mágico”.