Una película para armar y desarmar

Pablo Lamar debuta con “La última tierra”, un largometraje de una imagen poderosa, poseedor de una fotografía magnífica y una actuación de Ramón del Río impactante.

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Un filme para armar, que desarma todo preconcepto. A primera lectura, “La última tierra” nos muestra la muerte de una anciana, en el medio del monte, y todo lo que hace su compañero para preparar el funeral.

Eso es a primera lectura, porque lo bueno que tiene “La última tierra” es que dispara todo tipo de interpretaciones. El filme se completa en la interpretación del público, con imágenes que hasta podríamos describir como inquietantes, e incluso tenebrosas, a pesar de la naturalidad en que están planteadas.

La cinta invita a sumergirse en el monte paraguayo, con su vasta vegetación, sus cauces de agua y todo el sonido de aves y hojas meciéndose con el viento. El hombre está integrado a este mundo de ensueño, casi de cuento de hadas, cuya quietud inquieta. En esa aparente inmovilidad, pasan muchas cosas y Lamar nos desafía a participar de este microcosmos, el último rincón de naturaleza, allí donde la selva se mantiene intacta.

En la línea de los cortos de Lamar (“Ahendu ne sapukái” y “Noche adentro”), “La última tierra” expresa mucho donde no se emite palabra alguna. Ramón del Río encarna a un viejo campesino parsimonioso y la brasileña Vera Valdez protagoniza a la mujer moribunda. Es impresionante la transformación que ha experimentado la actriz, que en su juventud fue modelo de Coco Chanel, en París. Ambos dotan a sus personajes de una expresividad encomiable. Del Río nuevamente se mete de lleno en el personaje, recordándonos a aquel Supremo que encarnó hace 25 años.

De cierta manera, podemos llegar a pensar que Valdez y Del Río son la misma pareja de “Hamaca paraguaya”. En fin, como decíamos, el filme está abierto a todo tipo de lecturas.

La película se estrenó en febrero de este año en el festival de Rotterdam, Holanda, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado, participando en la sección de competencia Hivos Tiger. Luego fue seleccionada en el Festival de Cinelatino de Toulouse, Francia, donde se llevó el premio “Descubrimiento”, otorgado por la crítica francesa. En Brasil se presentó en el Festival Latinoamericano de São Paulo, en el que fue seleccionada como “Mejor película en co-producción”. Actualmente está nominada a los premios Fénix, dedicado al cine iberoamericano, junto con “Guaraní” y el documental “Ore ru”.

sferreira@abc.com.py

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