Una propuesta de alto nivel visual

Aprovechando la incapacidad del ojo humano para distinguir el negro sobre negro y el destaque que ofrece la luz negra a los colores fosforescentes, la compañía del Teatro Negro de Praga presentó un mágico espectáculo.

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Una importante cantidad de público acompañó las dos únicas funciones de la agrupación que tuvieron lugar ayer y el viernes en el Gran Teatro del Banco Central del Paraguay.

A partir de premisas bastante sencillas, la compañía pone en escena diversos cuadros en el que abundan los detalles visuales y un sincronizado trabajo con la música, las luces y efectos sonoros. Ofreciendo una actuación al estilo clown, con mímicas y expresiones bien exageradas, los artistas presentaron en escena a una joven que luego de lavar la ropa, las prendas que colgó en el tendedero cobran vida y se entretienen bailando en el lugar. También llega a escena un joven que convierte la luna en un bote y a partir de allí sumerge al público en un momento de ensueño, con paraguas que flotan en escena y personajes que, como por arte de magia, aparecen en el escenario.

Maletas de distintos tamaños también cobran vida en escena, con un sencillo sketch que hace reír a toda la platea, así como las cartas y la galera de una maga que realizan malabares con una pelota. La doble visión de un borracho que termina bailando con los faroles es otra de las historias que deleitan al público con su sencillez y buen humor.

Luego de un intermedio, la agrupación siguió brindando cuadros de gran calidad artística, en los que se pone de relieve el arduo trabajo de la agrupación para alcanzar la excelencia. Una escena memorable es la que presenta a un taxista quien, tras transportar a un joven que llevaba una tabla con una sirena dibujada, comienza a soñar con un pez que invade su habitación y lo sumerge en un alucinante sueño bajo agua, en el que también se aparece la sirena.

No exageraba la gacetilla promocional al decir que este espectáculo merece ser visto al menos una vez en la vida, ya que ofrece una propuesta visual muy impactante y difícil de poder olvidar. En este caso, bien se puede aplicar la famosa frase de Antoine de Saint-Exupéry en “El Principito”, que reza que “lo esencial es invisible a los ojos”, ya que son los artistas invisibles los que marcan la diferencia en escena.

malonso@abc.com.py

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