Categorizar y financiar a investigadores fue el principal logro científico del año

Paraguay tiene todavía una ciencia en construcción, lo que hace que crear conocimiento sea un desafío para el país, según investigadores paraguayos. Lo más destacable del año fue la consolidación del Programa Nacional de Incentivo a Investigadores (Pronii) y la creación del Programa Paraguayo para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (ProCiencia).

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ProCiencia y Pronii, además de las ferias científicas, la participación y victorias en las olimpiadas de matemática y astronomía, la postergación de un ministerio de ciencia y tecnología, la creación de una planta solar-eólica en el Chaco y el otorgamiento del Premio Nacional de Ciencia a una investigación sobre el virus del papiloma humano (HPV) marcaron el año científico en el Paraguay.

En un país que invierte muy poco en investigación y desarrollo, alrededor del 0,085% del PIB, ProCiencia, a través del Fonacide, permitirá financiar proyectos por cinco años, con un valor total de 98 millones de dólares.

“Creo que lo más destacado este año ha sido la consolidación del Programa Nacional de Incentivos a los Investigadores (Pronii), que lleva adelante el Conacyt. Esto significa que la política nacional por dignificar y apoyar la labor científica está siendo asumida con seriedad por el Estado”, indicó el filósofo e investigador, nivel I Sergio Cáceres Mercado, catedrático del Instituto Superior de Educación (ISE).

Para el pensador, el desafío más importante ahora es que los administradores del Estado dejen de una vez por todas sus intenciones de tocar los fondos para investigación, queriendo desviarlos a otras actividades más bien proselitistas o populistas.

El profesor Antonio Cubilla, director del Instituto de Patología e Investigación (IPI), coincidió con el filósofo.

“La ciencia se mide en general por sus resultados, es decir, los descubrimientos, pero la ciencia paraguaya está en el difícil y muy preliminar proceso de construcción. En ese sentido, lo más significativo es el haberse obtenido este año, gracias a la gran gestión de un grupo de periodistas y representantes destacados de la sociedad civil, una parte de los recursos del Fondo para la Excelencia y la Educación (Fonacide)”, indicó Cubilla.

Según el reconocido investigador, Premio Nacional de Ciencias 2002, todo queda por mejorar en cuanto al sistema científico tecnológico del país. “El número de científicos, la calidad de los científicos, el número y excelencia de las publicaciones, los programas de formación de los científicos, la repatriación de científicos, las colaboraciones internacionales, las becas de doctorados en grandes instituciones del mundo, la contribución del sector privado a la investigación científica, casi nula. Todo eso falta por mejorar”, manifestó.

Refundar la universidad

Para Cubilla, lo más importante, sin embargo, es refundar la universidad, el lugar ideal y preferido para la investigación, que, a su modo de ver, hoy se encuentra en un estado lamentable por ignorar o desdeñar una de sus misiones constitucionales.

Por su parte, para Antonieta Rojas de Arias, nivel III de Pronii, destacada investigadora en ciencias de la salud y exdirectora del Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (Cedic), este fue un año auspicioso para la comunidad científica local.

“Por primera vez en muchos años, se percibe en el hablar de la gente, en el de la prensa y en el de los tomadores de decisión el discurso que la necesidad de formar investigadores y hacer ciencia está íntimamente ligado al desarrollo del país. Hay una estrecha relación entre la creatividad de los investigadores de un país el crecimiento económico y el desarrollo y bienestar de su población”, aseguró.

Para Rojas, el Pronii, con sus exigencias a los investigadores, movilizó la oferta y la demanda en el área académica, y las instituciones que divulgan la ciencia están adecuando sus revistas científicas a los cánones internacionales para entrar en las bases de datos regionales, o sea, ser arbitradas e indexadas. “Este es sin dudas un dato auspicioso, que apunta a un proceso de calidad y transparencia que debería mostrar la salud científica de las instituciones que se desenvuelven en el área”, destacó.

Para el profesor Christian Schaerer, nivel III de Pronii e investigador de la Facultad Politécnica de la UNA, fue un año difícil, pero hemos avanzado, a pesar de todo. “Hemos realizado el CCIS 2014, el congreso de ciencias computacionales interdisciplinarias, y lo considero un éxito, porque ante tantas limitaciones realizar un evento que reúna a un porcentaje importante de la colectividad científica paraguaya, así como la masiva presentación de trabajos paraguayos, ha sido realizado con la precisión y la algarabía de un evento internacional de esta naturaleza. Hemos mantenido también, increíblemente, el nivel de publicaciones internacionales. Creo que, por sobre todo, por la inercia con la que se ha venido trabajando”, resaltó.

Lo que se viene en 2015

En el área de Ingeniería y Tecnologías, Schaerer espera que para el 2015 se pueda continuar con el programa de posgrado de su facultad.

“Mantener el posgrado como se merece; con eso, nuestro programas y grupos de bioinformática, materiales, software, dinámica de fluidos, control, procesamiento de imágenes, medios porosos, podrán ser reactivados con alumnos becados. Espero que consolidemos el grupo de Bigdata. Inclusive estamos repatriando una persona e incorporando visita de profesores extranjeros”, comentó.

Por su parte, Cubilla insiste en que hay que presionar a las universidades, para que estas creen conocimiento.

“Se debería rankear a las universidades compulsivamente de acuerdo a su compromiso con la investigación e incentivar económicamente a quienes la practican con calidad y señalar públicamente a quienes no lo hacen. Tengo un optimismo moderado; presiento que algo grande ocurrirá en lo que respecta a la investigación, y que será para bien en este 2015”, expresó.

Rojas indica que habrá mucho movimiento en el área académica. “El 2015 es un año de realización de proyectos; habrá mucho movimiento en todas las áreas. Los investigadores honrarán la confianza que el sistema ha puesto en ellos. Tenemos que tener claro que la inequidad, la pobreza y la falta de desarrollo ocurren por la falta de una educación cuya característica principal debería ser la calidad. No debemos pensar que nuestro futuro está en uno u otro producto agrícola; nuestro futuro está en la educación, en la ciencia y la tecnología. De allí se beneficiará a todos los sectores de la economía nacional”, manifestó.

Varias ferias y exposiciones

Los colegios, públicos y privados, se convirtieron en grandes vidrieras de lo que podría venir en la ciencia paraguaya en los próximos años. Algunos proyectos de ferias estudiantiles, además de ser premiados en eventos nacionales e internacionales, ya están siendo estudiados por autoridades locales o nacionales para implementarlos de manera más amplia en la sociedad.

Otros eventos importantes fueron el Star Party del Centro de Difusión e Investigación Astronómica (Cedia), que congregó en Atyrá a los aficionados de la astronomía, y la muestra Techauka Caacupé, que congregó a centros de investigación o asociaciones que hacen divulgación científica.

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