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Francia impuso ante Croacia la ley del más fuerte en Moscú. El coliseo del Luzhniki fue el magno escenario de un cambio de orden, quizá de estilo tras el buen gusto del juego combinativo de España en 2010 y de Alemania en Brasil 2014.
Francia lideró un modo que apuesta más por la firmeza defensiva, por el orden, el equilibrio, el aprovechamiento al máximo del balón parado y el vértigo de ese joven descarado que se llama Kylian Mbappe junto al ‘principito’ Antoine Griezmann, convertido en nuevo rey.
Ya ha logrado lo que otros grandes astros como Leo Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar, a cuya mesa quería sentarse, no han conseguido. Croacia no decepcionó, ni mucho menos. Jugó sus armas con todo lo que el corazón le dio tras el gran desgaste acumulado, pero un tanto en propia meta y un gol de penalti señalado a través del VAR dinamitaron su moral. Con el tercer tanto, premio al buen trabajo de Paul Pogba, ya se vino abajo.
“Solo el comienzo”
“Tengo una historia que escribir, esto es solo el comienzo. Tengo la intención de ir más allá”, advirtió un pletórico Mbappé. “Hice públicas mis ambiciones colectivas al comienzo del Mundial, era para ganarla. Es la vida que queríamos. Estamos orgullosos de hacer felices a los franceses. Eramos conscientes de que también teníamos este rol, porque vemos que olvidan todos sus problemas. Jugamos para este tipo de cosa”.
“Hemos enamorado a todo el mundo”
Aunque muy decepcionado por haberse quedado a un paso de ganar el Mundial de Rusia, el centrocampista de Croacia, Ivan Rakitic, defendió el juego de su selección y destacó que mereció más. “Creo que nosotros hicimos hoy un grandísimo partido. Hemos enamorado aún más a todo el mundo, que en un futuro va a apoyar aún más a Croacia”, analizó el mediocentro. “Ahora mismo duele bastante perder la final, y perder de esa manera, pero creo debemos estar muy orgullosos. Estamos deseando llegar mañana a Zagreb y celebrarlo con toda nuestra gente”, añadió.