Ambas parcialidades dividieron en dos partes el principal escenario futbolístico de nuestro país, que desde temprana hora recibió la afluencia de aficionados.
El movimiento en las afueras también tuvo mucho colorido con la llegada de los fanáticos de ambas divisas al Defensores, con sus camisetas, banderas y otros distintivos.
Los controles policiales dieron buen resultado ya que no se tuvo reportes de hechos lamentables o delictivos en las horas previas al clásico, salvo detenciones por consumo de alcohol.
Si bien todo fue parejo, incluso el resultado final del partido, se notó más fervor en el sector de la hinchada del Ciclón.
Ya desde antes de comenzar el encuentro, la hinchada de la parte Norte lució más, con vistosos paraguas y globos azulgranas.
Los hinchas franjeados también exhibieron lo suyo, pero luego del tempranero tanto cerrista, mermaron el aliento. El resultado favorable al Ciclón durante la mayor parte del encuentro infundió mayor ánimo a su hinchada, mientras que lo contrario ocurrió con los franjeados. La hinchada olimpista recién volvió a hacerse sentir después del gol del empate convertido por Cristhian Ovelar en los minutos finales. La pregunta que se hizo cada hincha cerrista fue por qué cambiaron al “chico” Sergio Díaz para el segundo tiempo. El juvenil autor del tanto cerrista dejó escapar lágrimas en el banco luego de ser relevado.