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ENCARNACIÓN (José Miguel González, de nuestra redacción regional). Los argentinos cambian su moneda en dólares, a unos 16 a 16,50 pesos por dólar, y posteriormente cruzan el río Paraná hasta Encarnación para adquirir reales. Aparentemente les está costando comprar reales en su país, comentó Martínez.
Al respecto, consultada una persona que estaba en la fila, Camila Benítez, dijo que vive en Posadas y vino a esta ciudad para adquirir reales a un precio inferior al de su país “para veranear en playas brasileñas”. El dólar por real, en Cambios Chaco, se vendía ayer a 3,32.
Benítez agregó que además viene a cargar combustible en su vehículo, “también llevo algunos productos de los supermercados y para adquirir a mejores precios algunos artículos electrónicos, ropas y baratijas”. La mujer, quien es empleada del gobierno de la Provincia de Misiones, comentó que en su país desde este año pueden comprar moneda extranjera de forma más libre. “Antes podías hacerlo pero solo si estabas bancarizado”, manifestó ante la consulta.
Anteriormente el tope para comprar libremente era de US$ 2.500, y ese límite pasó desde el presente mes a 260.000 pesos, que serían unos 15.000 dólares. Hasta esa cifra las personas solamente necesitan llevar su Documento Nacional de Identidad y realizan la transacción sin ningún otro requerimiento, dijo.
En consulta telefónica con el propietario de una de las casas de cambio de Posadas, Juan Carlos Mazza, confirmó que el anterior límite era de 2.500 dólares. “Ahora la persona puede venir a comprar la cantidad que se le ocurra, lo que facilita las operaciones de cambio”, indicó.
El plan es ir transparentando todo el mercado de cambio, que sea accesible a todo el mundo y terminar con el mercado marginal. “Llevará un tiempo, pero creo que se va a lograr”, señaló, añadiendo que los extranjeros también pueden cambiar hasta US$ 10.000 y no tienen necesidad de realizar la declaración aduanera.
Según el Ente Nacional de Turismo de Brasil (Embratur), este año 1.400.000 argentinos pasarán sus vacaciones en las playas del sur de Brasil, un 27% más que hace un año, cuando llegaron a 1.100.000.