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Hacen referencia al proyecto de ley que grava la exportación de soja en un 10%, que el jueves último fue aprobado por el Senado de nuestro país, en general.
Consideran la propuesta legislativa “un disparate sin parangón, salvo en países latinoamericanos que padecen a una casta parasitaria populista y socialistoide que suele medrar a costa del esfuerzo de las clases productivas”.
Mencionan la experiencia que tienen en su país y lo que costaron 12 años de retenciones: 100.000 productores; haber resignado la vanguardia como exportadores de carne para pasar al puesto 13 o 14; una producción triguera que llegó a ser menor que la de 100 años atrás (recuperada en un año ni bien se eliminaron las retenciones); 7.000 tamberos menos y una producción estancada en un tiempo en que la misma se multiplicó por tres o cuatro en otros países lecheros; un interior productivo paralizado y la formación de interminables conurbanos de miseria en nuestras ciudades, atraídos por planes y prebendas que estas retenciones financian mientras expulsan gente trabajadora del campo; paralización de actividades matalmecánicas, y crisis social, moral, jurídica y económica.
Instan a los productores paraguayos a resistir y agregan que no hay retenciones buenas y retenciones malas; retenciones razonables y no razonables. “Instalado el instrumento se arraiga para subsidiar y promover la pobreza. Nunca el desarrollo”, concluyen.