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El grave delito ambiental se perpetró sin solicitar permiso a la dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Luque y sin presentar un plan de reforestación, según confirmaron en la Comuna luqueña. Entre los árboles derribados se encontraron ejemplares de yvyrapytã, lapacho, eucalipto y jakarandá, este último, declarado árbol nativo de la ciudad.
Según los obreros que estaban trabajando, sierra en mano, para derribar los árboles, se pretende talar unos 100 ejemplares a lo largo de dos kilómetros, pero que no se contempla reforestación alguna en otra zona para tratar de paliar los efectos de esta acción de la firma adjudicataria del contrato de las obras. Ni siquiera el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) tiene proyectado algún plan en este sentido.
Al respecto, el jefe de prensa de la Municipalidad luqueña, Damián Espínola, manifestó que la empresa constructora comunicó el inicio de las obras en territorio luqueño, pero afirmó que no solicitó el permiso correspondiente para derribar árboles. Incluso indicó que en la Municipalidad no estaban enterados del desmonte, que fue realizado a solo un kilómetro de la sede administrativa comunal.
“Ellos comunicaron el inicio de obras, pero no informaron sobre los árboles porque se encuentra en una franja de dominio del MOPC”, explicó Damián Espínola.
El funcionario agregó que luego de enterarse de la tala exigirán a la empresa constructora que plante la misma cantidad de árboles en una zona de dominio público municipal, para tratar de atenuar el daño que hicieron.
Varios vecinos del barrio Mbokajaty de Luque, y también de Asunción, que serán afectados por la construcción de la autopista, protestaron contra el perjudicial sistema de trabajo.