El Aña Cua tropieza con problemas de transparencia, jurídicos y técnicos

El plan de construcción de la central hidroeléctrica del brazo Aña Cua del río Paraná, desde las perspectivas de los intereses paraguayos, tropieza con problemas de transparencia, económicas, jurídicas e inclusive técnicas, punto sobre el cual, el Ing. José Luis Enciso Velloso (+) ya en el 2006, en sus advertencias, denunciaba las “grandes falsedades” de los promotores del pretendido proyecto.

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La primera objeción, la falta de transparencia, se refiere al costo de este plan, que en 2002 la EBY estimaba en US$ 160 millones, US$ 420 millones en 2006 y ahora en US$ 550 millones.

Debe insistirse también en la ineludible necesidad de clarificar las cuentas de Yacyretá (EBY), especialmente de su caótico pasivo, gran parte del cual carece de documentación respaldatoria y otras el simple resultado de la capitalización de intereses, hecho imputable a dos décadas de atraso, del que el Paraguay no es responsable.

En caso de aprobarse su construcción, aún ignoramos las fuentes de financiación. ¿Será el Gobierno argentino, que hoy reclama a la EBY una deuda de US$ 18.000 millones? ¿Acaso la EBY, la que además de esa deuda, en 23 años, no pudo reglamentar siquiera su exótico estilo de comercialización?

El contribuyente paraguayo –y muchas autoridades– tampoco sabe si la nueva usina operará en forma autónoma o como parte de la EBY, con la misma “tarifa” de Yacyretá o con la que dicte la realidad de sus costos y menos aún si recibirá sus recursos genuinos o le retendrán los argentinos, tal como pasa hoy en la EBY.

En lo concerniente al perfil jurídico, el Anexo B del Tratado de Yacyretá, vigente desde el 27 de marzo de 1974, en su Art. 7, solo menciona un vertedero, con sus características técnicas, funciones, etc. Construir una nueva central en ese sitio implicará una radical transformación del Tratado, así como de la ley de aprobación, la Nº 433/73, una labor exclusiva y excluyente de los legisladores.

En cuanto a las objeciones técnicas, aun cuando los actuales administradores paraguayos de la EBY, quienes también lo fueron en 2006, año que el Ejecutivo de entonces suspendió el proyecto “por falta de transparencia”, digan que son “un disparate”, reiteramos la advertencia del Ing. Enciso Velloso (+), que detrás del proyecto Aña Cua existe la intención de suprimir la construcción del dique compensador, cuya maquinización será mucho más productiva, sin que les importe el futuro de la navegación del Paraná aguas abajo de Yacyretá.

Un plan reverdecido

Tanto Ángel Recalde como Humberto Schiavoni, directores de Yacyretá, declaran hoy que los documentos del Aña Cua están listos, incluso que hay “un completo acuerdo con los paraguayos”; pero, el contrato YAC 1 tiene 17 años y que el pliego de bases y condiciones para la preselección de las firmas interesadas fue acordado el 31 de agosto de 2000.

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