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La máxima elevación en esta extraordinaria colina, que solo se hace visible en la estación veraniega, según fuentes técnicas de la empresa eléctrica se registró a las 13:50 del miércoles último.
Asimismo, se informa que esa transitoria demanda del mercado eléctrico nacional (Sistema Interconectado Nacional-SIN) fue atendido por la central paraguayo-brasileña Itaipú en un 89,1% (3.074 MW); por la paraguayo-argentina Yacyretá, en un 7% y por la hidroeléctrica del Acaray en un 3,9% (134 MW).
Reiteremos que estas transitorias elevaciones en los picos de la colina de carga de la ANDE se producen por la gran utilización de climatizadores por parte de sus usuarios, con la comprensible intención de atenuar los efectos del calor.
En efecto, el fuerte impulso del consumo en esas horas críticas no debe imputarse a un mayor uso de energía eléctrica con intenciones productivas (industrias).
Insistamos igualmente de destacar que el aporte de Itaipú, extraordinario sin dudas, inclusive con el nuevo pico, representa el 24,6% de su potencia instalada o el 49,3% del 50% que pertenece a nuestro país de la capacidad instalada de esta usina.
En otras palabras, aún en esa hora crítica, el sistema eléctrico brasileño siguió aprovechando 50,7% de la potencia de las unidades paraguayas del complejo binacional.
El tema principal del pliego de reclamos que habrá de presentar el Gobierno paraguayo a su par brasileño en el 2023, año que el Tratado cumplirá 50 años de vigencia, entendemos, se relaciona con la intención paraguaya de disponer de toda su energía en Itaipú o, si aún entonces tiene excedente, venderle, a Brasil inclusive, pero con un “justo precio”.