Fondos disponibles para el Yguazú no alcanzan..., sin embargo licitan

En dos licitaciones convocadas por ANDE para la maquinización del Yguazú con base en el proyecto de la consultora Nippon Koei las ofertas indicaron que los fondos disponibles resultarían insuficientes para adjudicar los trabajos. Si la primera licitación fue declarada desierta y en la segunda convocatoria los precios aumentaron en forma considerable, por similitud también sería anulada o, tal vez, sus responsables esperan un milagro.

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En las dos licitaciones convocadas por la ANDE con base en el proyecto de la consultora japonesa Nippon Koei para el maquinado del Yguazú, las propuestas económicas para la segunda etapa (obras civiles para la instalación de las turbinas) indicaron que los fondos disponibles resultarían insuficientes para ejecutar la obra, habría sido una razón suficiente para obligar a la estatal a declarar desierta la convocatoria.

Entonces, ¿qué sentido tenía licitar por segunda vez el mismo proyecto para luego volver a declararla desierta por las mismas razones?

¿Y los precios oficiales?

Quizás los planificadores de la ANDE omiten determinar el costo de los proyectos antes de ser licitados, tal vez esa sea la causa de “las sorpresas” con las que tropiezan.

Pero si la primera licitación les dio una idea del costo del proyecto que licitaron, y que la misma consumiría todo el crédito, incluida la contrapartida local, la pregunta elemental es: ¿esperaban un milagro en la segunda licitación?

Ofertas para la tercera etapa

Además (según trascendidos), también habrían recibido ocho propuestas económicas para la tercera etapa (provisión e instalación de dos turbinas del tipo Kaplan, de eje vertical, de 103 MW/h c/u), pero como los precios de la etapa II se dispararon, abrir los sobres hubiese evidenciado aún más el grado de improvisación, inoperancia e imprevisiones por parte de funcionarios que manejan fondos públicos.

Cabe aclarar que en la primera licitación la única oferta fue de la empresa argentina IMPSA (Industrias Metalúrgica Pescarmona SA), que cotizó US$ 161 millones.

¿Y la cuarta etapa?

Cae de maduro que la cuarta etapa (provisión e instalación de dos transformadores, tipo ONAF, de 112.000 kVa, la línea de transmisión de 44 km de 220 kV, más el suministro y montaje de equipos para la ampliación de la estación Itakyry), como parte del emprendimiento, aumentará el gasto, si no fuera licitado a la fecha que, de hecho, seguirá esperando.

Castillos en el aire

Un matutino local publicó: “Un estudio realizado por ingenieros, encabezados por el alemán Paul J. Folberth, egresado de la Universidad de Karlsruhe, Alemania, y doctor de Ingeniería de la Escuela Politécnica de Milán, Italia; y el Ing. paraguayo Mario Salinas (Ing. electricista, exfuncionario de la ANDE, exfuncionario y exconsejero de Itaipú –esta aclaración es nuestra–), egresado de la Universidad Federal de Paraná, Curitiba, Brasil, y el Ing. Gregorio Aguilera, especializado en la Universidad de Lovaina, Bélgica, considera que la propuesta de la Nippon Koei no representa mayores problemas en la etapa de su ejecución, porque en ningún momento interrumpe la regulación del caudal liberado para Acaray”.

Al respecto el Ing. Ernesto Samaniego, conocido experto, de vasta experiencia en nuestro medio, refiriéndose a la visión de los académicos aclaró a ABC Color: “posiblemente no puedan ser objetados los proyectos civiles y electromecánicos, aunque hay opiniones diferentes, lo que se cuestiona es la economicidad de la obra, es decir, el uso oportuno y eficiente de los recursos financieros y la rentabilidad”.

Igualmente enfatizó: “así como está actualmente el proyecto, probablemente supere los 400 millones de US$, y la disponibilidad de recursos es de 200 millones de US$ del crédito de la JICA y US$ 40 millones de aportes propios. Es decir que hay un de déficit que se debe cubrir posiblemente con otro préstamo o ampliación del actual, y la deuda de la ANDE se va a llevar a más del doble por inversión en generación”.

Los entretelones

En cuanto a la conveniencia desde el punto de vista de la rentabilidad, el Ing. Samaniego aclaró a ABC Color: “hay que tener en cuenta que con el costo del emprendimiento de 260 millones de US$, la producción de la central Yguazú costaría cercana a los 60 US$/MWh de acuerdo a publicaciones de los consultores, ahora con un costo que orilla los 400 millones de US$ indudablemente que se incrementará”.

El especialista también señaló que “el costo actual de generación (compra más producción propia) de la ANDE está poco más de 26 US$/MWh, ya que contrata de Itaipú menos potencia que la necesaria para cubrir su demanda, y la complementa con energía secundaria de la misma central a un costo de 5,7 US$/MWh.

“Pero luego de 2023 el costo de producción de Itaipú y por ende su tarifa deberían reducirse bastante, ya que ahora las cargas financieras están alrededor del 60% del total.

“El costo de la energía de Itaipú después de 2023 (especulación) debería ser como máximo 15 US$/MWh”, y se pregunta: ¿dónde está el beneficio o el ahorro?

Producido el fracaso de las dos licitaciones, los planificadores de la estatal, como parte de la esfera de responsabilidades administrativas, tienen potestad para examinar alternativas de menor riesgo y, por consiguiente, las más económicas que podrían resultar viables.

Pero, de seguir insistiendo en la misma dirección, la pregunta del millón sería: ¿estarían buscando “amañar” la licitación?

Costos estimativos

La 1ª etapa costó US$ 5 millones (está concluida).

La 2ª etapa fue cotizada en US$ 240 millones (según 2ª licitación).

La 3ª etapa en US$ 161 millones (precio de la 1ª licitación 2 años atrás).

La 4ª etapa podría rondar US$ 50 millones.

La consultoría fue adjudicada por US$ 25 millones.

El costo de este “proyecto” podría rondar así los US$ 481 millones.

Cabe aclarar que, al tratarse de precios iniciales, el costo final podría triplicar el crédito disponible.

ccaceres@abc.com.py

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