Inyectarán US$ 67 millones a INC provenientes de bonos soberanos

El Estado prestará US$ 67 millones a la Industria Nacional del Cemento (INC) para reactivar las inversiones en sus plantas de Vallemí y Villeta, paralizadas por falta de fondos, que provendrán de la ampliación presupuestaria para la emisión de bonos, que cuenta con la venia del Equipo Económico Nacional (EEN) y que debe ser analizada por el Congreso.

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De aprobarse esta emisión de bonos soberanos, la cementera estatal podrá reactivar los contratos de inversión para cambio de combustible del horno de clínker (de fueloil a carbón vegetal, mineral o coque), así como la instalación de una nueva enfriadora. Ambos contratos fueron firmados en el 2010 sin calce presupuestario, bajo la administración de Optaciano Gómez Verlangieri.

Además de esos proyectos que permitirán una importante reducción de costos, también realizarán otras inversiones necesarias para que, en total, la INC ahorre alrededor de US$ 30 millones al año, explicó el actual presidente de la empresa, Jorge Méndez. Por ejemplo, apuntó, se comprarán más camiones fuera de ruta, dos perforadores de cantera, una nueva grúa y el reacondicionamiento de la que se usa actualmente.

También quieren reacondicionar el descargador de clínker (máquina que saca el material de las barcazas para su posterior molienda), adquirir rodillos para el horno, además de maquinarias y camiones de cantera para las plantas de Vallemí y Villeta.

Entre los planes figura el aumento de la capacidad de molino de Villeta y de despacho de cemento, así como estructuras para un mayor almacenamiento de clínker. Asimismo prevén el mantenimiento general de las plantas, entre otros.

“Lo que el Gobierno quiere es bajar el precio del cemento y beneficiar al consumidor para que haya más inversiones al reducirse costos en la contrucción”, subrayó Méndez, haciendo referencia a que, además del ahorro que tendría la empresa, también habrá un beneficio económico para el comprador final.

Antecedentes de los proyectos de inversión

En el 2008, el entonces presidente de INC, Diego Ferreira, hablaba de la necesidad de cambiar el fueloil que utiliza el horno de clínker por otro combustible más económico. Al año siguiente, 2009, bajo la administración de Optaciano Gómez Verlangieri, se lanzó formalmente el proyecto con el llamado a licitación y precalificación de las empresas oferentes (ver cuadro).

En agosto de 2010, después de nueve meses de esa precalificación, dos empresas fueron adjudicadas para la “optimización de la capacidad de producción del horno III”. La principal adjudicada fue FL Smith, por de US$ 25,7 millones, para el cambio de combustible, y la segunda, Claudius Peters, para la provisión de una nueva enfriadora, por US$ 6,3 millones.

Recién dos meses después, en octubre de 2010, se realizó el contrato con ambas empresas y, posteriormente, Gómez Verlangieri entregó un anticipo de US$ 5 millones a FL Smith para el inicio del emprendimiento, que hasta hoy sigue varado.

En el caso del contrato con Claudius Peters, este recibió anticipo de US$ 1.910.400 y luego le pagaron en cuotas un total de US$ 1.626.977. Así, faltarían US$ 2.830.623, pero además, la firma pide a la INC US$ 850.000 en concepto de intereses, por el retraso en la ejecución del contrato.

En el caso de la adjudicación a Haver & Boecker por US$ 7 millones para la instalación de dos embolsadoras, el monto terminaron de pagar en cuotas y las máquinas están en funcionamiento, aunque con enorme capacidad ociosa (son para 170.000 bolsas de cemento por día, cuando la empresa estatal solo puede producir hasta 55.000 bolsas, trabajando al máximo).

Finalmente, el contrato con la empresa Daca, de US$ 5,9 millones para optimización de la fábrica de cal agrícola, está paralizado por problemas legales. El proyecto original preveía mudar la fábrica de cal a la zona de Tres Cerros (Vallemí), pero como esta área fue declarada reserva natural, el plan inicial se tornó imposible.

Daca tiene en su poder cerca de US$ 311.000 que recibió de anticipo.

Todos estos contratos sin calce presupuestario fueron firmados durante la época de Gómez Verlangieri en la INC, quien otorgó los millonarios anticipos sin recibir contrapartida de provisión.

El plan actual es llevar adelante las inversiones, por considerarlas necesarias para que la empresa estatal sea eficiente y rentable.

Tecnologías utilizadas

Antes de 1969, la cementera paraguaya era explotada por la empresa privada Vallemí SA, y en ese entonces, el horno de clínker utilizaba leña para su funcionamiento. Luego de ese año, el Estado compró la industria y realizó el primer cambio en el sistema de combustión, pasando a usar fueloil, ya que en esa época era la tecnología óptima.

Hoy día, en la región solo la INC de Paraguay utiliza fueloil para producir cemento y todas las demás usan otros combustibles más económicos.

La cementera estatal planea solventar la inversión con el préstamo del Estado, a partir de la emisión de bonos. Este crédito será devuelto en cuotas, en un plazo de no menos de 10 años.

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