LOS LECTORES OPINAN

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Burocracia argentina

Ciertamente, los gobiernos tienen el derecho de disponer para su país lo que mejor les parezca y los extranjeros deberían abstenerse de opinar al respecto. Sin embargo, como fingimos estar integrados en el Mercosur, creo que podemos criticar lo que sucede en el bloque, si nos afecta directamente.

Si usted viaja al Uruguay en ómnibus de línea, en Posadas debe presentar un formulario con sus datos personales, llamado tarjeta de entrada/salida, que verificado y sellado, se convierte en constancia de su estadía legal en el país. Pregunto: ¿es necesario un permiso individual de permanencia dentro de un vehículo público, en tránsito, que caducará en Concordia, unas ocho horas después?

¿No basta el control del ómnibus con su carga humana declarada, persona por persona, en la planilla que la empresa transportadora entrega a la oficina de inmigraciones? El efecto de esta singular medida, reciente, pos-Mercosur, es negativo: más demora a la intemperie, y gasto en papeles redundantes que solo servirán para rebosar archivos.

En contraste, podemos ir a Clorinda a hacer compras, pasearnos, almorzar un riquísimo bife de chorizo y regresar cuando se nos antoje sin exhibir ningún documento. Y, ni qué decir de la eurozona. Controlado en París, por ejemplo, usted puede recorrer media Europa y volver al punto de partida sin que nadie le pregunte, ¿Who are you?

Si las minucias de este tipo significan que aún no estamos listos para llevar a la práctica los postulados de la integración, el Mercosur no pasa de ser un foro de acomodos políticos circunstanciales, incapaz de promover acciones en beneficio real de su gente. Gastamos en reuniones ampulosas, viajes, viáticos y sueldos suculentos, mientras los problemas concretos del pueblo raso siguen esperando solución.

Víctor Manuel Ruiz Díaz

El nuevo rumbo: la cárcel

En estos días, el ministro de Hacienda anunció que pedirá la etapa de la administrativa y criminalizar directamente la evasión o no pago de los impuestos. Este anuncio si se concreta va tener serias repercusiones sobre los más vulnerables de la sociedad para el pago de los impuestos, profesionales, docentes, trabajadores independientes, microempresarios, que serán automáticamente procesados por la fiscalía como delincuentes comunes.

El ministro quiere excluir la prejudicialidad administrativa para forzar a los contribuyentes a pagar sus impuestos, en caso de no hacerlo llevar su cuerpo hasta la cárcel para redimir sus pecados impositivos. Esto no es otra cosa que sufrir pena de prisión por deudas, superadas ya en derecho romano.

Estos son los nuevos rumbos que nos ofrece esta administración, posiblemente viene detrás la persecución política por medio de esta arma en manos del Ejecutivo para doblegar a sus opositores.

Hoy nos ofrece la cárcel a los paraguayos como plataforma, la falta de decisión de cobrar los impuestos a los que más tienen o más ganan, ahora va a repercutir hacia los más pobres, deben ampliar la cárcel, por o menos 20 veces más que el de Tacumbú, porque aquí muchos paraguayos irán a parar en la cárcel, algunos, quizás por desidia, otros por no querer pagar realmente, pero la gran mayoría porque no pueden pagarla, padres de familia, que tienen tres o cuatro hijos estudiantes, que no les da el tiempo ni de pensar.

Las grandes empresas están protegidas por una gran estructura contable e ingeniería financiera, amortiguan y maquillan sus estados reales, pero la pequeña empresa, el ciudadano, el médico, las enfermeras, los empleados, los docentes, peluqueras, etc., que paulatinamente irán siendo alcanzados por el impuesto a la renta personal, serán víctimas permanentes.

Además, no existe una educación tributaria para imponer un modelo no acorde con nuestras modalidades.

Prepárense para recibir al nuevo rumbo en la cárcel.

Luis A. Traversi

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