Pazos explicó que el presupuesto es un instrumento fundamental, porque da previsibilidad, y tenerlo aprobado hace que las calificadoras de riesgos automáticamente suban un escalafón, por lo que acercarse al grado de inversión ya dependerá del manejo de la política fiscal de país.
A su criterio, el año pasado Paraguay estuvo a punto de acercarse a dicha calificación, pero el veto al presupuesto, y principalmente los problemas institucionales generados por la discusión de la enmienda en plena asamblea del BID, interrumpieron ese proceso.
El grado de inversión es la calificación que empresas como Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings dan tras evaluar los indicadores macroeconómicos, políticos e institucionales de un país.
Este referido nivel brinda confianza en que las deudas se pagarán en tiempo, lo que a su vez genera un mayor flujo de inversión y permite tener un menor costo de financiamiento, entre otros beneficios.
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Pazos sostuvo que este año la economía paraguaya crecerá 4,1%, levemente por debajo del 4,2% previsto por el BCP. En tanto, el año venidero crecerá 4,3%, impulsado por la construcción, la industria y la recuperación de la generación de energía.