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El legislador del PLRA recordó que las comisiones de Entes Binacionales y de Minas y Energía, de las cuales es presidente y miembro, respectivamente, vienen “trabajando intensamente” desde el año pasado en generar una posición unánime con respecto a la revisión del Anexo C, del Tratado de Itaipú.
Dijo que les acompañan 30 técnicos del sector eléctrico, en su mayoría independientes, que desde el comienzo están asesorando a las comisiones y cuyas exposiciones son levantadas en la página web de la Comisión de Entes Binacionales para que la ciudadanía pueda compartirlas.
“Yo creo que el criterio unánime es que Paraguay tiene que plantar la bandera de que va a traer toda su energía, y yo creo que esa es la cuestión principal”, enfatizó el legislador liberal.
Añadió que, mientras tanto, se estuvo tramitando el proyecto que crea la Comisión Bicameral de Revisión del Anexo C, que fue sancionado ayer, con la ratificación del texto original de Diputados, sobre el proyecto del Senado, que planteó una comisión nacional, que incluía a los miembros paraguayos del Parlasur.
En cuanto a la posición brasileña, que aparentemente será dura, Oreggioni manifestó que ya el año pasado gente de la ANDE le alertaron que Brasil asumiría una postura intransigente sobre el acuerdo suscrito en el 2006 (durante los gobiernos de Nicanor y Lula), y refrendado en el acuerdo de 2009 (Lugo-Lula), por los cuales el ente estatal paraguayo se abastece de una gran parte de la energía adicional a la garantizada, a un precio diferenciado, con lo cual se estaba equilibrando.
La línea brasileña
Añadió que esa fue la primera embestida y una vez que asumió Bolsonaro, a través de sus consejeros, nos dijo que nosotros estábamos trayendo más de lo que nos corresponde de Itaipú. “Eso ya nos marcaba el camino que iban a tomar en las negociaciones con Paraguay, que quieren seguir usando lo nuestro, conseguir la menor tarifa posible una vez cancelada la deuda y finalmente quitarnos lo que nos corresponde, por lo cual hoy recibimos una compensación anual de apenas US$ 300 millones al año”, alertó.
Agregó que a todo eso se suma lo que sucedió los últimos días (la advertencia de Bolsonaro tras la palada inicial del segundo puente con Brasil), “que nos soplaron y que son reales” y que van tomando cuerpo; no obstante, consensuamos con el sector eléctrico independiente, que es lo razonable, es traer toda la energía que nos pertenece y, en caso que nos sobre algo, vender al mercado brasileño a un precio no menor a US$ 60 el MWh.
“Tal vez se le pueda hacer un descuento por los gastos de transmisión, pero hasta ahí, pero menos de eso estamos decididos a no claudicar. Esta es la visión del Parlamento y de un amplio sector eléctrico nacional, que es el que nos transmite esos conocimientos”, enfatizó.