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A diferencia del programa piloto que estaba dirigido únicamente a asalariados, esta vez la institución analiza la posibilidad de incluir a profesionales independientes y a microempresarios que tengan forma de demostrar sus ingresos. Esto considerando que en nuestro país hay un gran número de ciudadanos que se encuentran en esa franja y que tienen condiciones para asumir ese riesgo. “Se quiere lograr un mayor alcance y que sea lo más inclusivo posible”, señaló Maciel.
El plan “primera vivienda”, que establece ciertas flexibilidades para el acceso, fue lanzado como prueba a finales del 2014 con un fondeo de G. 129.000 millones y culminó a mediados de este año. En ese tiempo se beneficiaron 770 solicitantes para construcción y/o compra de la unidad habitacional. El principal atractivo fueron las tasas blandas del 4,78% para los bancos, que llegaban hasta un máximo de 8% para el prestatario final.
“Tras la aprobación de la Ley Nº 5638/2016, ‘De Fomento de la Vivienda y Desarrollo Urbano’, se crearon las garantías adecuadas para sostener proyectos con condiciones similares, por lo que decidimos incluir el plan de primera vivienda en nuestra gama de productos de manera permanente”, sostuvo Maciel.
Déficit habitacional
Añadió que con esta iniciativa en parte se responde a la problemática de escasez de viviendas, lo que a la vez da pie a que los desarrolladores avancen con los proyectos, ya sea en temas de viviendas o complejos habitacionales acordes a las posibilidades de los solicitantes. Según los datos, la AFD ha propiciado la financiación de poco más de 11.000 casas en los últimos diez años.
El número de referencia es aún bajo con relación al déficit habitacional en nuestro país, que considerando los aspectos cualitativos y cuantitativos es de alrededor de un millón de casas, de acuerdo con datos de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat. Es decir, esa es la necesidad de nuevas obras sumadas a las ya existentes que necesitan ampliaciones o refacciones.
No obstante, el plan de la AFD es lanzar en breve el plan de la vivienda para llegar a más beneficiarios. Además de las novedades mencionadas, se estudia la posibilidad de aumentar el rango de ingresos del solicitante, que ahora está entre 1 y 5 salarios mínimos. Esto en función al monto máximo permitido, que también se quiere elevar a 260 salarios mínimos, poco más de G. 460 millones (hasta ahora, el monto global máximo es de G. 250 millones).
Teniendo desde un salario mínimo, hoy se puede solicitar el crédito de AFD, lo que permitirá al solicitante acceder a una cuota de G. 600.000 por un crédito total de G. 60.000.000. La idea es también llegar a personas con mayores ingresos, según lo explicado.