“Ellos necesitan por lo menos tres años de tranquilidad, para poder trabajar y generar sus propios recursos de modo a tener el área ocupada y cubierta”, afirmó.
Hizo referencia al “choque cultural” entre los indígenas y los campesinos “sintierra”. Mientras los Aché consideran al bosque como un lugar donde pueden obtener frutas, miel de abeja y animales silvestres, el segundo grupo lo ve como un sitio “sin ocupación” donde poder talar y asentarse.
“Si pudieran completar el ciclo productivo, tendrán dinero para que ellos mismos puedan enfrentarse a los invasores. Cada trámite tiene su costo, movilizar a los policías, etc., un dinero que ellos hoy no tienen”, agregó.
El abogado insistió en que el Estado debería darles por lo menos tres años de garantía para dicho fin.
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