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MARIANO ROQUE ALONSO (Juan Jara, corresponsal).Todos los años la Municipalidad de esta localidad, administrada por Heriberto Mármol (ANR), recauda millones de guaraníes por diferentes tipos de impuestos por la realización de la tradicional Expo en el predio de la ARP. Sin embargo, y a pesar de los millonarios ingresos, la Comuna es incapaz de ofrecer un servicio de limpieza acorde a la necesidad.
Según datos, este año la recaudación vía impuesto a la propaganda y publicidad, entre otros tributos, superó los G. 300 millones durante la realización de la feria.
Además, la Comuna recibió también una buena suma de dinero por arrendamiento temporal de espacios para estacionamiento, que también estuvo a su cargo.
Pero, a pesar de estos millonarios ingresos, las inmediaciones del campo ferial de la ARP ofrecían un panorama vergonzoso tras el cierre de la Expo 2014, que fue el domingo último.
Todo tipo de basura cubría gran parte de las veredas en ambos lados de la ruta Transchaco, entre el Km 14 y el 15. Plásticos, papeles, envoltorios, entre otros desechos, se observaban en los alrededores, un día posterior a su cierre.
Una transeúnte que cruzaba por el sitio, identificada como Lucía Almada, lamentó el escaso interés demostrado por las autoridades comunales, así como por los responsables de la organización, por la falta de limpieza. “Es una vergüenza”, se quejó.
A su vez, Rossy Benítez, una de las personas que instalaron un puesto de venta de comestibles en la zona, expresó que todas las casillas precarias, al ubicarse en el sitio, igualmente pagaron un impuesto a la Comuna. Sin embargo, en las dos semanas que duró la muestra el Municipio no asomó ni sus “narices” para limpiar en las inmediaciones como tampoco instaló basureros. Acotó que por esta razón la zona del complejo también estaba cubierta de todo tipo de desperdicios.
Intentamos conversar con el intendente Heriberto Mármol (ANR) sobre esta situación, pero, sin embargo, no atendió nuestras llamadas a su teléfono móvil.
Hasta la tarde de ayer los minivertederos seguían en el lugar, así como otra pila de desperdicios amontonados en la esquina del terreno del Instituto de Previsión Social (IPS).