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Esta llamativa puntualización de Schiavoni es parte de la entrevista “Acuerdo por Yacyretá”, que el medio subió a su página el día 6 del presente mes.
Las primeras unidades de la binacional entregaron sus primeros kilowatts de energía en 1994 y que en 2011 el embalse del complejo no solo alcanzó la “cota de diseño”, sino que inclusive la rebasaron sin escrúpulo alguno.
Destaquemos también que entre 1994 y 2014 la usina binacional produjo 260.230.266 MWh (1 MWh = 1000 KWh) y el sistema eléctrico argentino, en las dos décadas de referencia aprovechó 245.377.105 ¡el 94,3%!
Ante la contundencia de estos datos, la información que Schiavoni brindó al periodista que lo entrevistó permite inferir que su país, durante 20 años –y más– se aprovechó de casi el 95% de la energía de la hidroeléctrica binacional ¡sin pagar un solo centavo! Si hubiera sido lo contrario la entidad paraguayo/argentina hubiera tenido ingresos.
En la entrevista, la publicación argentina, en pose de benefactor, sostiene que su país “condona los intereses y que cobrará el saldo de US$ 4.084 millones de dólares...”.
Nuestros socios paritarios en Yacyretá, de acuerdo con la admisión de Schiavoni, nunca pagaron por la energía que extrajeron de Yacyretá. Si calculamos el valor de los 245.377.105 MWh, multiplicando tan extraordinario caudal de energía, por ejemplo, por la tarifa política que los Ejecutivos de ambos países establecieron en la malhadada –para el Paraguay– Nota Reversal del 9 de enero de 1992: US$ 30/MWh, la conclusión no cae, ¡se precipita!: US$ 7.361.313.150 y sin intereses ni actualización. Luego también hubo condonación de la EBY y nada dijeron. Que conste que con el factor de ajuste, esa tarifa llegó casi a US$ 46/MWh.
Para que la confesión del director argentino de la EBY no quede en una simple anécdota “pre acuerdo”, sugerimos a los legisladores, quienes recibirán, según la promesa del Ejecutivo, en 22 días el correspondiente proyecto de Nota Reversal de revisión del Anexo C, que exijan toda la información que necesiten, no solo de la deuda de la EBY con el Tesoro argentino, sino también de Argentina con la EBY.