El endeudamiento galopante preocupa a propios y extraños

La calificadora internacional Moody’s Investors Service, la misma que el año pasado ubicó por primera vez al Paraguay en el primer peldaño del grado de inversión, emitió un reporte con varias señales de alerta sobre la situación del país. En particular, advierte que la devaluación del guaraní frente al dólar presenta un importante factor de riesgo para las finanzas públicas por el impacto del tipo de cambio en el cada vez más oneroso peso del servicio de la deuda pública. El Estado paraguayo cerró el año 2024 con un saldo de endeudamiento de 18.083,2 millones de dólares, lo que supera el total de un presupuesto anual completo y equivale al 40,7% del PIB, cuatro veces más que hace tan solo una década.

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La calificadora internacional Moody’s Investors Service, la misma que el año pasado ubicó por primera vez al Paraguay en el primer peldaño del grado de inversión, emitió un reporte con varias señales de alerta sobre la situación del país. En particular, advierte que la devaluación del guaraní frente al dólar presenta un importante factor de riesgo para las finanzas públicas por el impacto del tipo de cambio en el cada vez más oneroso peso del servicio de la deuda pública. El Estado paraguayo cerró el año 2024 con un saldo de endeudamiento de 18.083,2 millones de dólares, lo que supera el total de un presupuesto anual completo y equivale al 40,7% del PIB, cuatro veces más que hace tan solo una década.

Moody’s realizó una revisión y análisis de la economía paraguaya y divulgó un documento al respecto el 27 de enero. Explícitamente aclara que no se trata de una nueva calificación ni es un indicativo de que se vaya a ratificar o a modificar la existente en el futuro. No obstante, deja entrever que se va a mantener por el momento el nivel Baa3 otorgado en julio de 2024, pero, al mismo tiempo, señala que se podría revisar la calificación a la baja si no se revierten ciertas tendencias preocupantes.

Entre ellas, pone especial énfasis en el endeudamiento denominado en moneda extranjera, que compone la mayor parte. Indica que “el riesgo cambiario de la deuda pública es muy elevado y representa una restricción crediticia”. Espera que el Gobierno pueda reducir la participación de la deuda externa con el tiempo, pero no lo ve como algo probable en un futuro previsible.

El costo del servicio de la deuda pública, mayormente intereses, trepó a 9,3 billones de guaraníes en 2024 y se prevé un fuerte incremento del 33,3% para 2025, a 12,4 billones, más de un quinto de todas las recaudaciones del fisco solamente para honrar los compromisos ya asumidos, y todavía resta saber cuál será el impacto cambiario final.

Este aspecto fue puntualizado también por las otras dos grandes calificadoras, Fitch Ratings y Stantard & Poors, que en ambos casos decidieron dejar todavía a Paraguay en el grado especulativo. El ejecutivo de Fitch Todd Martínez, por ejemplo, subrayó que uno de los motivos por los cuales esa compañía no volvió a elevar el grado de Paraguay desde 2018 es que, desde entonces, la deuda paraguaya se duplicó y la cuenta de intereses se triplicó como proporción de los ingresos en ese corto lapso.

Los analistas de Moody’s puntualizan que la calificación de Paraguay se va a sostener y hasta podría elevarse si se implementan reformas estructurales para mejorar el contexto institucional y de gobernanza, y si el Gobierno consigue aumentar más los ingresos y reducir la deuda en moneda extranjera, lo cual implicaría “significativos beneficios crediticios” y en cuanto a la calidad del crédito en general. También si se logra aumentar la inversión privada en infraestructura o energía renovable y si se disminuye la vulnerabilidad de la economía frente a posibles shocks.

Sin embargo, en contrapartida, previenen que podrían emerger presiones negativas sobre la calificación si “se torna crecientemente probable que los esfuerzos por modernizar la economía e incrementar la resiliencia no cumplan nuestras expectativas”.

“Un período prolongado de débil inversión privada o una caída del crecimiento probablemente cambiaría nuestra evaluación del perfil crediticio de Paraguay. Igualmente importante, si los esfuerzos por mantener y mejorar la fortaleza fiscal de Paraguay resultan insuficientes, derivando en un mayor endeudamiento y/o un mayor peso de los intereses, esto posiblemente conduzca a una degradación de la calificación. También si la implementación de la agenda de reformas estructurales se queda corta de nuestras expectativas para el mejoramiento de la fortaleza institucional de Paraguay”, dice el documento.

Lo que piensan estas consultoras internacionales, tomadas como referencia por los inversores, no es diferente a lo que ve la mayoría de los paraguayos informados. La economía nacional y el panorama macroeconómico no se encuentran todavía en una situación desesperada, pero se han alcanzado los topes, especialmente en la inatajable bola de nivel del endeudamiento público. Si efectivamente se implementan reformas, el escenario va a mejorar y las calificadoras se muestran abiertas a reconocerlo. Pero hasta ahora el Gobierno se ha limitado a aprovechar el ciclo de crecimiento para aumentar las recaudaciones y no mucho más. Eso no es ni será suficiente.

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