“Con los niños no”, el hipócrita discurso del Gobierno

Uno de los emblemáticos discursos de la campaña electoral del actual gobierno, además del remanido e incumplido “Vamos a estar mejor”, ha sido sin dudas “Con los niños no”. Repitiendo hasta el cansancio pretendieron hacer creer que la niñez paraguaya era un asunto de interés para los candidatos, en especial para el presidente Santiago Peña y algunos legisladores cartistas que se embanderaron en derechos “provida y pro-familia”. Habrán sido muy convincentes, tanto que gran parte de la población electoral votó convencida de que el discurso era real y de que los niños y niñas estarían mejor. Sin embargo, hechos recientes, les han quitado la careta. La utilización de niños y niñas para disfrazar de agradecimiento lo que sería un feroz negociado con mobiliarios escolares nos confirman que los derechos de la niñez, en especial los relativos a salud y educación, están en su peor momento.

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Uno de los emblemáticos discursos de la campaña electoral del actual gobierno, además del remanido e incumplido “Vamos a estar mejor”, ha sido sin dudas “Con los niños no”. Repitiendo hasta el cansancio pretendieron hacer creer que la niñez paraguaya era un asunto de interés para los candidatos, en especial para el presidente Santiago Peña y algunos legisladores cartistas que se embanderaron en derechos “provida y profamilia”. Habrán sido muy convincentes, tanto que gran parte de la población electoral votó convencida de que el discurso era real y de que los niños y niñas estarían mejor.

Sin embargo, hechos recientes les han quitado la careta. La utilización de niños y niñas para disfrazar de agradecimiento lo que sería un feroz negociado con mobiliarios escolares nos confirman que los derechos de la niñez, en especial los relativos a salud y educación, están en su peor momento.

“Con los niños NO” debería ser el norte que inspire a no utilizarlos jamás para una campaña electoral, para arengas con tinte político, o la humillación de tener que agradecer por obligaciones que los administradores estatales tienen para con toda la ciudadanía. La semana pasada, niños pertenecientes a un colegio de la localidad de Itakyry fueron utilizados para corear “Gracias, señor presidente Santiago Peña, por las sillas”, en alusión a los ya famosos pupitres chinos aparentemente sobrefacturados que fueron adquiridos por medio de un proceso licitatorio denunciado como amañado, y sobre el cual, el Ministerio Público tiene abierta una causa penal por graves hechos de corrupción.

“Con los niños NO” debería ser la frase que ponga límite a los hechos de corrupción. Sin embargo, algunos políticos parecieran no tener límites: días pasados, el senador Silvio “Beto” Ovelar, más conocido con el apodo de Trato Apu’a, difundió un video en una escuela pública, sentado en uno de los pupitres, hablando con los niños y niñas, exhibiéndolos y manipulando con propaganda política; faltaron los subtítulos que explicaran que Ovelar estaba haciendo publicidad a los pupitres adquiridos por la binacional Itaipú, donde su esposa gana una fortuna mensualmente.

El deleznable hecho no llamó la atención de nadie. De hecho, cuando el mismísimo ministro de la Niñez y la Adolescencia fue consultado por los últimos acontecimientos, les restó importancia. A nadie le ha importado la vulneración del Código de la Niñez y la oprobiosa falta de ética de exhibir niños y niñas estudiando con pupitres investigados por el Ministerio Público por posible sobrefacturación. El dinero que habrían sobrefacturado pudo haber servido para que otros escolares en el país pudieran poner techos a sus escuelas, revoques a sus paredes o sustituir letrinas por baños.

“Con los niños NO” debería ser el pilar fundamental del Gobierno para erradicar el hambre. Sin embargo, en total desatino y desconexión con la realidad, Silvio “Beto” Ovelar se jactó de que los escolares llevan parte del almuerzo para compartir en sus casas con sus madres y hermanitos que no tienen nada que comer en el día. Esto solo confirmó la tremenda miseria en la que sobreviven cientos de familias paraguayas, y la triste realidad de que muchos de nuestros escolares acuden a las escuelas, no porque tengan ganas de estudiar, sino porque allí recibirán el único plato de comida del día. Pero claro, “con los niños NO”.

“Con los niños NO” debería motivar a las autoridades a licitar la mejor comida nutritiva y de calidad para los niños y niñas de este país, pero muy por el contrario, en un triste espectáculo dado por el Gobierno con el programa Hambre Cero, la sociedad fue testigo de la distribución de platos de muy cuestionable calidad. Platos para cuyo diseño nutricional ni siquiera fueron convocados los expertos en pediatría.

“Con los niños NO” debería inspirar para que se hagan con tiempo los planes y programas para que a nadie le falten las herramientas para aprender. Iniciar las clases sin kits escolares es una demostración de la falta de seriedad y compromiso de las autoridades. Según fuentes del Ministerio de Educación, varios estudiantes, en especial aquellos que asisten a colegios del departamento Central y Caaguazú, están afectados por la falta de estos kits que no han sido proveídos por el MEC pese a que las clases ya iniciaron hace más de un mes.

Mientras la frase “Con los niños NO” siga siendo solo un slogan para llegar al poder y luego utilizar a los niños para la conveniencia política, para amañar licitaciones o justificar gastos de emergencia por fuera del control y la transparencia, se necesitará mucho más que repetir hasta el cansancio frases vacías, huecas e hipócritas para convencer al país de las buenas intenciones. Lo único que hasta ahora han demostrado los gobernantes de turno es que su verdadera política de Estado es “PARA LOS NIÑOS NO”.

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