Asuncenos siguen sufriendo por la desastrosa gestión de Nenecho

Durante casi dos semanas, los camiones municipales no recogieron la basura acumulada en las cercanías del Hospital Central del Instituto de Previsión Social, que expedía olores nauseabundos; recién lo hicieron tras las quejas de los vecinos que, según afirmaron, estaban al día con el pago de los tributos, incluida la tasa relativa a la recolección, el tratamiento y la disposición final de los residuos. El problema se repite en otras zonas, como en los alrededores de la Estación de Buses de Asunción, según las denuncias. Los vertederos irregulares, que están a la vista, son uno de los tantos nefastos resultados de la gestión de Óscar “Nenecho” Rodríguez, avalada por la gran mayoría de los ediles. Entre estos se encontraba el actual intendente Luis Bello (ANR, cartista), que aprobó unas ejecuciones presupuestarias que habrían implicado el desvío de cuantiosos fondos.

Este deplorable antecedente, sin embargo, no le exime del deber de desempeñar su actual cargo con honestidad y eficiencia. Al contrario, debería tratar de reivindicarse ante la opinión pública, marcando diferencias con su antecesor. Por de pronto, debería abrir un sitio en internet para que los habitantes de la ciudad expresen sus quejas sobre la recogida de basura; también tendría que abrir otras, porque las carencias en materia de servicios e infraestructuras son enormes, debido a la ineptitud, la corruptela y el exceso de personal de una municipalidad quebrada, con la complicidad de una mayoría en la Junta Municipal, que cuenta con unos 1.400 de los más de nueve mil asalariados. Luis Bello dijo –descubrió de repente– que el estado de la ciudad no es el mejor y que no le temblaría el pulso para hacer las cosas que deba hacer. Habrá que ver si tiene el coraje de desprenderse de los funcionarios, contratados y jornaleros superfluos, que absorben recursos indispensables para que la población asuncena sea mejor atendida, como bien lo señaló el interventor Carlos Pereira. El interés general de la población capitalina debe prevalecer sobre el clientelismo feroz.

Suponiendo que el intendente haya decidido abandonar la conducta desdorosa que tuvo en la Junta Municipal, debería saber que poco o nada podrá hacer por el buen camino mientras el plantel municipal siga siendo el de siempre, tanto cualitativa como cuantitativamente. Ha hecho algunos cambios en los niveles superiores de la administración, pero sin que ellos garanticen su mejor funcionamiento, sino más bien la persistencia de los vicios reinantes. Si, como parece, es consciente de la extrema gravedad de la crisis municipal, debería saber que ella no podrá ser superada ni siquiera en parte mientras su gestión no difiera en gran medida de la de su antecesor, sino su propia figura continuará estropeada, mientras no se anime a diferenciarse de Nenecho. Es cierto que Luis Bello no tiene aún mucho tiempo para demostrarlo, pero por eso mismo ya tendría que enviar a la población señales claras de que no se limitará a seguir el curso emprendido por el impresentable mencionado. No se puede pretender que vaya a limpiar el establo de toda la mugre que encierra, pero sí que trate de atenuar el impacto de su notoria inconducta anterior, eliminando al menos parcialmente las evidentes barbaridades, para que así se empiece a recoger la basura, a bachear las calles y avenidas, a cuidar las plazas y a adecentar la Policía Municipal de Tránsito, entre otras necesidades perentorias.

En suma, el intendente hará bien en no dar la impresión de que está allí solo para que todo siga igual. Los asuncenos, que ya no pueden seguir soportando tantas calamidades, darán su veredicto en los comicios municipales del 4 de octubre de 2026, siendo de esperar que la horrible experiencia de los últimos años les sirva para evaluar no solo a los candidatos, sino también a las organizaciones políticas en competencia: sería imperdonable que la historia se repita por culpa de sus propias víctimas, de modo que se impone seguir muy de cerca las actuaciones de la Intendencia y de la Junta Municipal para que las próximas autoridades no se burlen de la gente en provecho de sus paniaguados, como ha venido ocurriendo con todo desenfado.

Enlace copiado