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Puerto Rosario depende administrativamente de Villa del Rosario, donde se asienta el gobierno municipal distante a unos cuatro o cinco kilómetros del río. En una época era única vía de comunicación hacia el norte y hacia el sur hasta Asunción, motivo por el cual una decena de buques de pasajeros de mayor y menor calado recorrían la vía hídrica llegando algunos de ellos hasta Fuerte Olimpo (Alto Paraguay) con apreciable cantidad de pasajeros que, sobre todo, atestaban los buques con gente que iba a Concepción.
Infelizmente, la guerra civil de 1947 provocó una verdadera depredación y numerosos comerciantes de Puerto Rosario, muchos de ellos de extracción árabe, italiana y española, aquejados por la pérdida de sus instalaciones, buscaron mejores horizontes y se trasladaron a poblaciones del interior. A esta emigración forzosa se sumó otro fenómeno económico social que castigó a esta pequeña población.
El gobierno nacional en un periodo –por cierto muy largo– construyó una magnifica carretera hacia el norte del país y que, naturalmente, también llegaba a Puerto Rosario. Entonces se produjo el fenómeno de que el tráfico de las especies forestales se desvió del transporte fluvial para dirigirse por tierra a Caaguazú, Coronel Oviedo y otros puntos donde se instalaron importantes aserraderos, dando cese al transporte por agua hasta agotar la madera depositada en Puerto Rosario, entonces por propiedad privada, provocando la pérdida de fuentes de trabajo que hasta entonces le habían dado una regular prosperidad.
Con esa serie de sucesos negativos el puerto se convirtió en una de esas poblaciones fantasma en las que muchísima gente solamente explotó la producción ictícola en un lugar de abundante “pique”, como lo denominan los pescadores.
El progreso castigó a Puerto Rosario, que a pura lógica determinó la depauperación del trabajo del centro urbano, sin que nadie parara mientes en la instalación de centros industriales o de producción agrícola que, salvo algunas colonias menonitas aledañas, producían en pequeña cantidad. De haberlo advertido, muchos capitalistas hubieran invertido su dinero en la producción y el comercio de granos que bien podrían haber hecho renacer a Puerto Rosario como boca de salida a través de lo que podría haber resucitado como puerto granelero.
Proyectos
Recientemente, como culminación de un periodo de vigencia de las autoridades municipales y con el apoyo que representaba la ruta asfáltica, los concejales electos en los comicios municipales de noviembre, encabezados por un intendente municipal con ideas nuevas, Eliodoro Caballero (ANR), han enfocado nuevas actividades que pueden dar un fuerte aumento de las fuentes de trabajo: se está edificando un nuevo hotel, elemento faltante por su importancia y al parecer las autoridades capitalinas piensan apoyar la conformación de un centro turístico basado en el atractivo de la pesca deportiva y la explotación balnearia en una zona que, aparte del río Paraguay, cuenta con la ubicación de riachos que desembocan en la corriente superior del río.
No se descarta que existiendo suficiente espacio el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) esté enfocado en la adquisición del resto del puerto para llevar adelante una edificación que otorgue oportunidad para que personas de menores recursos alcancen el sueño de la casa propia, para lo cual siempre será necesaria la creación de fuentes laborales.
Inversión
Por otro lado, ha trascendido que un consorcio franco-paraguayo está efectuando exploración y sondeo de la adquisición del predio antes portuario para dotar a los vecinos de la zona de importantes ocupaciones necesarias para poblaciones que se pretendan progresistas.
Este grupo plantea la compra de todas las partes libres que restan en el lugar para dotar al conglomerado urbano de negocios de producción de artículos que aún resultan faltantes en la zona: panadería, farmacias, talleres mecánicos, maquilas y hasta un sanatorio privado, además de otras actividades necesarias para la población.
Esperanza
La población cree que el gobierno nacional debe apoyar a alguno de los interesados que, de una u otra manera, podrían hacer revivir a Puerto Rosario ayudando a resolver numerosos problemas de los que aquejan a las fracciones rurales de nuestro país. Nuestro aporte ideológico sería el de la instalación de fábricas de productos derivados de la carne en una zona en la cual en la ribera del río Paraguay existen instaladas algunas de regular importancia.
Quizá daría mucha fuerza a ese sector del país la instalación de frigoríficos, producción de carne envasada y otros de posible exportación en un mundo que reconoce que está hambreado por falta de artículos de primera necesidad.