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Hasta las elecciones del 1 de julio habrán pasado 59 días de precampaña y otros 89 de campaña oficial con toda la atención mediática puesta en los tres únicos aspirantes a la Presidencia de los grandes partidos mexicanos.
Al no tener oposición interna a su liderazgo, se convirtieron en los candidatos definitivos, generando polémica puesto que aprovechan toda la atención mediática para hacer ya campaña en su carrera a Los Pinos.
No hay día que los mexicanos no vean en prensa y televisión forzadas escenas de promoción de los aspirantes como José Antonio Meade (PRI, oficialista) paseando con su mujer, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador en la peluquería o el conservador Ricardo Anaya llevando a sus hijos al colegio.
Otro asunto que genera polémica durante las contiendas electorales en México es el dinero que los partidos destinan e ingresan en sus precampañas, que está limitado por ley y fiscalizado por la autoridad electoral.
Una encuesta publicada ayer ubicaba a López Obrador a la cabeza de intención de votos, seguido de Anaya. Mientras que el precandidato oficialista, Meade, aparece en tercera posición.
Unos 87 millones de mexicanos podrán votar en las elecciones de julio, en las que también se elegirán más de 3.000 cargos en 30 estados del país.