Criticar al castrismo sigue siendo castigado

El Gobierno comunista de Cuba, pese a los discursos de supuesta apertura política, sigue su represión a cualquier oposición, acusándola de “mercenaria”, y alegando que “cualquier país democrático” los castigaría.

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Según publicó ayer Granma, periódico del gobernante Partido Comunista (PCC, el único permitido bajo el régimen), las acusaciones contra el Gobierno provienen de “mercenarios al servicio de una potencia externa y como tales las leyes de cualquier país del mundo que se considere democrático, los sancionarían”, informa AFP.

La respuesta del Gobierno coincide con la denuncia sobre la huelga de hambre que hace 62 días sostiene un opositor, Tomás Núñez, de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu). Su líder, José Daniel Ferrer, dijo que “responsabiliza a Miguel Díaz-Canel, de forma directa, sobre lo que le pase a Tomás”.

Según Unpacu, Núñez protesta por la “injusta” condena que le impuso un tribunal por la supuesta agresión a un oficial cubano. Su caso motivó el interés del Departamento de Estado y de Amnistía Internacional.

Para Granma, los opositores “son tan mercenarios que cumplen al pie de la letra con la orden de sus pagadores, para tratar de desviar la atención a lo que de seguro ocurrirá nuevamente en las Naciones Unidas cuando se vote el Proyecto de Resolución exigiendo que se ponga fin al bloqueo contra Cuba” el 31 de octubre.

Estados Unidos dispone de unas leyes que, entre otras cosas, prohíben a sus ciudadanos comerciar con el régimen totalitario cubano, o que los empresarios de otros países que hagan negocios en Cuba, no podrán hacerlo en Estados Unidos.

A esto, el régimen cubano llama “bloqueo” económico.

Ese mismo marco legal, asimismo, establece que sí se podrá enviar a la isla alimentos y medicinas, por cuestiones humanitarias.

Es así, que las principales importaciones a Cuba en esos rubros, proviene precisamente de Estados Unidos, según fuentes del propio Gobierno cubano.

“Por estos meses, donde todo el pueblo de Cuba participa en un verdadero ejercicio democrático en el análisis y discusión del proyecto de la nueva Constitución (que se votará en referéndum el 24 de febrero), esas depredadoras aves de rapiña se mueven inquietas para lanzar calumnias contra nuestro país”, alega Granma.

La huelga de hambre es una forma de protesta recurrente entre los presos políticos cubanos. 

El récord de huelgas lo tiene Guillermo Fariñas, quien realizó 25 huelgas entre 1995 y 2016, la última de 54 días.

Dos casos tuvieron un desenlace fatal: el de Orlando Zapata, fallecido el 23 de febrero de 2010 tras 86 días de ayuno, y de Wilmar Villar, quien murió en enero de 2012 tras una huelga de hambre de unos 50 días.

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