Escasa atención médica tras el paso de Haiyan

TACLOBAN (EFE). Los residentes de la ciudad filipina de Tacloban, arrasada por el tifón Haiyan, sufren aún la precariedad de los servicios sanitarios debido a su práctica destrucción, lo que dificulta el tratamiento médico y psicológico de las víctimas en la región central de Filipinas.

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En la puerta de uno de los principales centros médicos de la ciudad, el Bethany Hospital, un enorme cartel de “cerrado” indica que el lugar, que quedó completamente arrasado, no está operativo, por lo que la asistencia médica en la ciudad es muy limitada.

En el aeropuerto, de acceso limitado, una larga cola de personas espera ser atendida en un centro médico improvisado, mientras que los marines de EE.UU. intentan ayudar atendiendo a algunas personas en la pista del Daniel Romualdez.

Una víctima de esta escasa atención médica es Mary Grace Golondrina, que junto a los familiares que han conseguido sobrevivir se refugia en una estructura de hormigón de la que ha quedado poco más que las paredes.

La joven, con importantes cortes en la cara y heridas en las piernas, cuenta que en el hospital al que acudió se limitaron a limpiarle las heridas, pero que poco más pudieron hacer.

La escasez de servicios médicos es tal que las autoridades filipinas han encargado a la cooperación española que refuercen el hospital de Tacloban.

El Ministerio de Salud filipino pidió a la AECID que se encargue de consolidar el servicio en el principal hospital de la zona y de gestionar la coordinación con el resto de centros sanitarios.

El equipo médico español se unirá al personal filipino del hospital de la capital provincial, donde se atienden los casos más graves.

Por su parte, los servicios del Ministerio de Sanidad y equipos de bomberos venidos de todas partes del país tratan de evitar que se desaten epidemias con la recogida constante de cadáveres que todavía, una semana después del tifón, se acumulan en las escasas calles transitables de la ciudad.

El tifón Haiyan que asoló el centro de Filipinas causó 3.621 muertos, anunció ayer el consejo nacional para la reducción y la gestión de las catástrofes naturales.

Además, desde el paso del tifón el viernes pasado por la noche, 1.140 personas han sido dadas por desaparecidas, precisó Reynaldo Balido, portavoz de este organismo gubernamental. El anterior balance gubernamental era de 2.360 fallecidos y 77 desaparecidos.

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