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“El Gobierno del presidente Macri tomó una posición que no pretende interferir con la justicia pero sí favorecer desde el Poder Ejecutivo las medidas que se adopten para ayudar al esclarecimiento de ambos episodios”, declaró la Presidencia.
El mandatario hizo pública su postura tras recibir a las hijas de Nisman, Iara y Kala, en su quinta familiar de Los Abrojos, en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas.
Durante el encuentro, Macri manifestó que consideraba una “deuda pendiente” hacia la familia del letrado el reconocimiento al trabajo que realizó al frente de la Unidad Fiscal AMIA, para tratar de resolver las causas y los responsables del cruento atentado que se cobró la vida de 85 personas en 1994 y sigue impune.
Como fruto de su investigación, Nisman pidió la captura de exfuncionarios de Irán y acusó a Fernández de intentar encubrirlos.
El fiscal tenía previsto comparecer ante el Congreso argentino el 19 de enero de 2015 para dar detalles sobre la denuncia por encubrimiento, pero un día antes fue hallado sin vida por un disparo en la sien en el baño de su domicilio de Buenos Aires.
Tras un año de pesquisas y con un expediente de más de 9.000 páginas sobre la mesa, la Justicia no ha podido determinar si se trató de un suicidio, de un suicidio inducido o de un asesinato.
Esta última hipótesis es la que sostiene la familia de Nisman, querellante en la causa.
“Hace unos años hice un trabajo para el colegio vinculado al terrorismo en el que especialmente analicé su fin primordial: infundir el miedo en la gente. A lo largo de este año, sentí que el asesinato de mi papá tuvo este mismo mensaje”, escribió Iara en el diario Clarín.