La lucha de Schulz es desesperada ante los sondeos que dan a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel un 35% contra el 21% su Partido Socialdemócrata (SPD).
Schulz se ha esforzado en sus últimas apariciones en marcar diferencias frente a Merkel con un discurso que anuncia alivios fiscales a las familias y a las personas con bajos ingresos.
Merkel, por su parte, reclama su legado de doce años de gobierno, ante todo la reducción del desempleo de los 5 millones de parados que había en Alemania en 2005 a los 2,5 millones que hay actualmente.
Por otra parte, el partido ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD) se vislumbra como una potencial tercera fuerza.
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AfD surgió como un agrupación euroescéptica, que se oponía a los programas de rescate y pedía la salida de la eurozona.
Luego, con la llegada masiva de refugiados en 2015, el partido optó por un discurso abiertamente xenófobo.
Las encuestas le dan a la AfD el 11 por ciento de los votos.