Condenado por la matanza de jóvenes pide libertad transitoria

Walter Gamarra, sentenciado a 25 años de cárcel por la matanza de jóvenes en la plaza en el “Marzo Paraguayo”, pidió a la jueza Lourdes Scura que le otorgue libertad transitoria los fines de semana con base en tres artículos de la Ley 5162/2014 de Ejecución Penal, que establece este beneficio para los que han cumplido más de la mitad de su sentencia y poseen buena conducta.

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La abogada Susana Olmedo presentó el pedido a Scura, quien corrió traslado a la fiscala de ejecución María Lina Naumann. Esta se opuso al beneficio.

Gamarra alega que está cumpliendo su condena en la Agrupación Especializada desde 1999, con buena conducta. Además, dice que su esposa falleció en 2012 y tiene dos hijos que viven con la abuela materna. “Ellos siempre aguardan mi regreso ya que pasaron mucho tiempo separados de mí”, alega.

A su vez, el condenado aduce que su padre cuenta ya con 85 años y que por tal motivo le resulta difícil visitarlo. Acota que su progenitor le ofreció estadía en su domicilio.

Basa su pedido en los artículos 56, 57 y 59 de la Ley de Ejecución Penal 5162/2014, que establece: “Salidas Transitorias. Las salidas transitorias del interno podrán ser autorizadas por el tiempo que disponga el juez de Ejecución, regularmente hasta un máximo de cuarenta y ocho horas y, excepcionalmente, hasta un período de setenta y dos horas (artículo 56).

“Fines. Las salidas transitorias del interno tendrán como fundamento el afianzamiento de sus vínculos familiares y sociales o su participación en programas específicos, previos a la libertad condicional o por compurgamiento de la pena” (artículo 57) y “Para la concesión de las salidas transitorias o la incorporación al régimen de semilibertad, se requiere: 1. Haber cumplido por lo menos la mitad de la pena. 2. No tener causa abierta u otra condena pendiente. 3. Poseer buena conducta. 4. Merecer, por parte del organismo técnico-criminológico y del Consejo de Asesor del establecimiento, un concepto favorable respecto a su evolución y sobre el efecto beneficioso que la salida o el régimen de semilibertad pudieran tener para el futuro personal, familiar y social del interno”.

La fiscala Naumann se opuso porque Walter Gamarra fue condenado por un hecho punible “grave”, por lo que no se puede sostener de forma “razonable” que la personalidad del mismo se halla preparada para la libertad, sin antes ser sometido a un tratamiento psicológico para reencauzar rasgos negativos, y pidió el rechazo.

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