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Las actividades del presunto jefe narco Mario Villalba, alias “Gato”, ya eran investigadas desde hace tres años por los órganos antidrogas. Inclusive, en dos oportunidades se allanó su propiedad, pero nunca fue capturado, debido a que aparentemente era informado de antemano sobre los operativos.
Ahora, al confirmarse la identidad real del narcotraficante, los investigadores comprobaron que el mismo cuenta con orden de captura por narcotráfico desde hace seis años en el Brasil.
Villalba era el hombre de confianza del narco Tomás Rojas, alias “Toma’i”, quien controlaba la venta de drogas en el Alto Paraná, hasta que fue detenido en setiembre de 2011, confirmaron los agentes.
El jefe del departamento Antinarcóticos de la Policía, Crio. Princ. Críspulo Sotelo, quien encabezó el operativo, aseguró ayer que Mario Villalba remesaba 1.000 kilos de cocaína mensualmente al mercado de consumo brasileño.
Gracias a que los investigadores lograron interceptar y grabar algunas de las conversaciones del sospechoso con sus proveedores, se pudo conocer que operaba con carteles peruanos y bolivianos, al mismo tiempo.
El jefe narco recibía tres cargas de cocaína semanalmente. La droga llegaba en avionetas que aparentemente aterrizaban en pistas clandestinas ubicadas en la zona de Salto del Guairá.
Villalba pagaba hasta US$ 2.100 por cada kilo de “mercancía”, según admitió en una de sus conversaciones que fue grabada por los agentes.
Pese a que los organismos de seguridad estaban vigilando sus movimientos, Mario Villalba montó un laboratorio en su granja, distante a solo cinco kilómetros del centro de Hernandarias para procesar la droga y remesarla al vecino país.
Inclusive se daba el gusto de organizar concurridas fiestas con “mariachis” en el lugar y en algunas ocasiones acostumbraba “bañarse” con cocaína para celebrar el éxito de algunas negociaciones.
Fotografías de estas fiestas, en las que aparecen los otros miembros de la banda, fueron incautadas por agentes de Antinarcóticos de la Policía durante el operativo.