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El sangriento hecho sucedió dos días después de que la mujer solicitara la exclusión del hogar de su marido, supuestamente por maltratos. El hombre dejó una carta de cinco hojas en la que relató los motivos de su determinación.
La víctima del homicidio fue Alice Georgina Ramona Da Silva de Vera (46), peluquera, quien recibió tres balazos, uno en la mano derecha, otra en el pecho y la última en la espalda, que le causaron la muerte en forma instantánea.
El autor del crimen fue Venancio Vera Galeano (67), jubilado de la Municipalidad de Asunción, quien luego se mató de tres tiros en el tórax, según señala el reporte de la comisaría 2ª Central de Fernando de la Mora.
Allegados a la familia relataron que desde hace un tiempo el hombre comenzó una disputa con su esposa y sus dos hijos. Supuestamente algunas de las peleas fueron por cuestiones personales y otras por razones económicas.
Precisamente, el 15 de julio pasado, uno de sus hijos le denunció por maltratos en la comisaría 2ª Central. Y el día 30 último (miércoles), su esposa le acusó ante un juzgado por el mismo hecho señalado y pidió su exclusión de la casa que compartían desde que se casaron, según dicen los parientes.
De acuerdo con lo referido por otro de los familiares, uno de los principales motivos de las constantes peleas de la pareja era la diferencia de edad entre ellos.
Aparentemente el hombre tenía constantes ataques de celos, ya que su esposa era mucho más joven y tenía un floreciente negocio montado en la misma casa matrimonial.
La última discusión ocurrió hace tres días, se informó. En la madrugada de ayer, el hombre redactó una carta de despedida de cinco hojas, en la que detallaba las causas de tan drástica decisión. Ya en la mañana, tomó su revólver calibre 32 de seis tiros y encaró a su esposa cuando esta salió del baño envuelta en una toalla.
La mujer intentó defenderse y durante el forcejeo sufrió el primer tiro en la mano derecha, el segundo le dio en el pecho y cayó boca abajo en el piso, donde sufrió un último balazo en la espalda.
Después el jubilado usó la misma arma y se disparó tres balazos en el pecho, falleció segundos después en la misma habitación. Los empleados de la casa, alertados por las detonaciones, irrumpieron en la pieza, donde encontraron los dos cuerpos tendidos en el piso y bañados en sangre, según dice el reporte oficial del caso.