Limpiavidrios adicta al crack agrede a juez en plena calle

El juez electoral Pedro Ricardo Arias protagonizó ayer una gresca con una limpiavidrios que, según agentes de la comisaría 11ª Metropolitana, es adicta al crack. El video del incidente, que ocurrió en plena avenida San Martín, se viralizó en las redes sociales y generó todo tipo de comentarios.

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El suceso tuvo lugar cerca de las 09:30 de ayer, cuando el magistrado Pedro Ricardo Arias (52) circulaba sobre la avenida San Martín de la capital, en dirección a Mariscal López, a bordo de su automóvil Volkswagen Gol.

Según efectivos de la comisaría 11ª metropolitana, cuando la autoridad electoral se detuvo en la fila del semáforo en rojo, un grupo de limpiavidrios se acercó al vehículo, pero Arias se negó a recibir el “servicio”.

Ofuscado, uno de los trabajadores informales atacó el coche del juez, lo que a su vez desató la reacción de este último, quien bajó y persiguió a los limpiavidrios.

Otro de los conductores que estaba varado en la fila empezó a filmar el incidente desde su vehículo. La grabación se inició ya cuando el juez forcejeaba con una de las integrantes del grupo de limpiavidrios, Gabriela Marlene Larrosa (38), quien según otros testigos estaba completamente descontrolada, aparentemente bajo los efectos de alguna sustancia.

En el video que se viralizó en las redes sociales no se observa que el juez agrediera a la mujer, pero sí se ve claramente que esta ya estaba con el rostro completamente ensangrentado y prácticamente desfigurado.

En las imágenes se nota que el magistrado intenta desprenderse de la limpiavidrios, quien a su vez se resistía a deponer su actitud hostil. También aparecen en escena otras dos trabajadoras informales, que intentan ayudar a Larrosa.

Intervención policial

Finalmente, el incidente acaba cuando llegan dos patrulleras policiales del Grupo Lince, quienes reducen a la limpiavidrios y la llevan a la comisaría 11ª metropolitana, junto con el magistrado. Ambos después fueron conducidos al Hospital de Policía, para hacerse diagnósticos médicos.

Según se supo, la limpiavidrios le pidió G. 3 millones al magistrado para dejar en el “opareí” el caso.

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